La ministra de Educación, Adriana Delpiano, informó este miércoles que la Universidad Iberoamericana tiene 10 días de plazo para contestar a la decisión de cierre anunciada por la cartera y, si sus observaciones son satisfactorias, la medida puede cambiar.
La secretaria de Estado se refirió al tema después de participar en la Comisión de Educación que analiza el presupuesto del sector, señalando que “hay un informe que hizo el equipo del ministerio, en el cual se señala que hay falencias tanto en el ámbito financiero como en el tema educativo”.
“La universidad tiene diez días para responder las observaciones que le hemos hecho, y si fueran satisfactorias, cambia la cosa, pero si no hay una reparación a lo que nosotros hemos observado, correspondería poner al administrador de cierre”, añadió.
Subrayó que lo que debe responder la casa de estudios superiores, que se encuentra en una crisis financiera que hace peligrar la continuidad de las carreras de cientos de jóvenes, es si tiene o no respaldo económico para continuar y cómo ese respaldo económico afecta o no afecta la calidad educativa de sus estudiantes, “sobre todo que tiene una cantidad alta de alumnos en carreras que tienen que ver con la salud y que tiene que tener campos clínicos asegurados para que puedan hacer las prácticas”, agregó.
En cuanto a la reubicación de los alumnos, en caso de concretarse el cierre, dijo que “hay planteles que están interesados, para nosotros ojalá vayan a dar a universidad acreditadas por una cantidad de años importante, con garantía”, concluyó la autoridad.
La secretaria de Estado se refirió al tema después de participar en la Comisión de Educación que analiza el presupuesto del sector, señalando que “hay un informe que hizo el equipo del ministerio, en el cual se señala que hay falencias tanto en el ámbito financiero como en el tema educativo”.
“La universidad tiene diez días para responder las observaciones que le hemos hecho, y si fueran satisfactorias, cambia la cosa, pero si no hay una reparación a lo que nosotros hemos observado, correspondería poner al administrador de cierre”, añadió.
Subrayó que lo que debe responder la casa de estudios superiores, que se encuentra en una crisis financiera que hace peligrar la continuidad de las carreras de cientos de jóvenes, es si tiene o no respaldo económico para continuar y cómo ese respaldo económico afecta o no afecta la calidad educativa de sus estudiantes, “sobre todo que tiene una cantidad alta de alumnos en carreras que tienen que ver con la salud y que tiene que tener campos clínicos asegurados para que puedan hacer las prácticas”, agregó.
En cuanto a la reubicación de los alumnos, en caso de concretarse el cierre, dijo que “hay planteles que están interesados, para nosotros ojalá vayan a dar a universidad acreditadas por una cantidad de años importante, con garantía”, concluyó la autoridad.
