Luego de sufrir un millonario robo en su hogar el pasado fin de semana, la animadora de TVN, María Luisa Godoy, entregó este lunes algunos detalles acerca del incidente, en el cual los delincuentes sustrajeron especies y dinero en efectivo, avaluados en 5.000 dólares. 

La conductora de “Buenos días a todos” profundizó en torno al robo en el propio matinal, donde, según consignó Radio Biobío, indicó que lo primero “es agradecer que no había nadie y sobre todo que no estaban mis hijos, ninguno de ellos”. 

“Nosotros nos habíamos ido el sábado en la tarde a la playa (…) Yo le dije a mi marido ‘tu te quedas con los niños, yo me vuelvo a Santiago’, yo volví sola”, añadió. 

Asimismo, expresó que “pensé que me quedaba sola en mi casa con mi perro y cuando me quedaba como media hora para llegar, la Nelly, que trabaja en mi casa, me dice ‘acabo de llegar’ y me dice: ‘Pero está la luz cortada y su pieza está dada vuelta entera”. 

Acto seguido, relató que le dijo a su asesora del hogar que saliera de la casa, pensando que los delincuentes podían seguir en el interior de la vivienda, y a la vez, llamó a Paz Ciudadana.

En este sentido, comentó que “cuando está cortada la luz, lo primero que pensé fue que podían estar adentro, que a mi parecer, todavía falta investigación, si estaban adentro cuando llegó la Nelly”. 

Además, Godoy reveló que sospecha que los desconocidos podrían haberle dado una especie de droga a su perro, al señalar que “yo creo que le dieron algo porque cuando llegué a la casa en vez de recibirme saltando estaba muy dormido, decaído todo el rato, entonces probablemente le dieron algo”. 

“Al final, aunque uno tome todos los resguardos, nada está garantizado. Teníamos todas las medidas de seguridad y entran igual. El mayor susto es que entraron por la pieza de mis tres hijas”, sostuvo. 

En la misma línea, mencionó que la habitación de sus hijas está en el segundo piso de su casa. “Uno dice que si entran van a entrar por el primero, pero entraron por la pieza de ellas, eso estaba abierto”, puntualizó. 

“Obviamente, hay una angustia cuando entran a tu casa porque uno dice ‘bueno, si entran una vez, entrarán una segunda’ y cuando tienes, sobre todo, hijas mujeres se te aprieta la guatita de que le pueda pasar algo a una hija”, remarcó.