Leo Rey, recordado como vocalista en el grupo La Noche, fue invitado al programa “De Tú a Tú”, donde conversó con Martín Cárcamo sobre los primeros años de su infancia y la difícil relación que tuvo con su padre, entre otras cosas.
El cantante contó sobre el maltrato infantil que vivió de parte de su padre, quien lo crio, luego de que su madre ya no pudiera hacerlo cuando él tenía un año.
“Yo estuve con mi mamá un año hasta que ella pudo mantenerme y después me entregó a cargo de mi papá. Mi papá me crio en esa vida de gitano. Yo crecí en la calle, con los gitanos, codo a codo”, detalló.
Según señaló el músico, su padre le propinó maltrato físico cuando era niño, asegurando que “me pegaba con varillas, me amarraba el pie con cadenas para que yo no saliera a jugar con los niños. Para que yo estuviera ahí al lado de él, todo el día”.
“Sentía vergüenza en ese momento porque los niños se daban cuenta que yo estaba ahí encadenado, como preso. No sé si en ese minuto lo tomaba como algo tan grave, pero recuerdo que me daba vergüenza. Incluso una vez me tiró amarrado y desnudo afuera de la caseta porque yo estaba haciendo un berrinche”, agregó.
El cantante que lideró el reconocido grupo musical “La Noche”, partió la conversación recordando la cruda y difícil infancia que vivió junto a su padre luego de que Martín le entregara en su mano unas fichas de taca-taca, las cuáles vendía de niño.
“Yo me crie solamente con mi papá. A mi papá lo obligaron a casarse con mi mamá porque la dejó embarazada, ella era menor de edad, quedó embarazada a los 14, 15 años. Yo estuve con mi mamá un año hasta que ella pudo mantenerme y después me entregó a cargo de mi papá. Mi papá me crio en esa vida de gitano. Yo crecí en la calle, con los gitanos, codo a codo”, contó.
Afirmó que toda su infancia la vivió en una situación muy precaria, explicando que vivió en una caseta chica, desarmable, y que muchas veces salía a pedir agua con un tarro a las casas colindantes para cocinar o bañarse.
Creció en un lugar donde aprendió a hacer todo sólo, incluso ha aprender a leer sin la ayuda de nadie. “Nunca fui al colegio porque era imposible. Mi papá se estaba moviendo de población en población y de ciudad en ciudad, entonces era imposible dejarme en un colegio. Yo tenía cinco, seis años y él me hablaba como si tuviera a un hombre al lado de él”, cuenta.
Y agregó que su padre nunca le compró ropa y que vivía descalzo porque su padre nunca le compró zapatos. “La gente me veía vendiendo fichas de taca-taca a pata pelada y me regalaba ropa”, agregando que su padre lo tenía descuidado a propósito para que le regalaran cosas, como parte de una “técnica”, porque según el músico, plata sí había para una mejor calidad de vida.
Pero fue dentro de este contexto donde él sacó sus propias conclusiones: “nunca vi que no estudiar fuera un pretexto para que yo me desenvolviera mal, hablara mal o que fuera una persona que no pudiese lograr algo. De chico me lavé la ropa, me la cosía, cocinaba y me acostumbré a hacerle las cosas a mi papá”.
Leo Rey cuenta que el día que encaró a su papá fue el día cuando supo que tenía que irse de ahí. Tenía 14 años y tras vivir un episodio humillante le dijo decidido y una sola vez: “a mí no me vai a pegar de nuevo viejo conch… Yo sabía que eso que había dicho no lo podía decir. Fue como revelarse ante, no sé… Él se da la vuelta para salir a perseguirme y yo salgo corriendo hacia ningún lugar”. El músico le cuenta a Martín que se subió a una micro y nunca más volvió a estar al lado de su padre. “Si el me hubiese agarrado, olvídate, yo creo que hasta me mata”.
UNA GUITARRA
Martín prosigue la conversación. Le pregunta qué fue lo que hizo tras escapar de ese lugar y de su padre. El músico le dice que fue a los videojuegos porque era lo que le fascinaba y a lo que nunca pudo ir por culpa de su padre.
Fue en ese lugar donde se engrupió a un niño que andaba con una guitarra, “si me prestai la guitarra diez minutos, te regalo diez fichas”. Fue al restorán de al frente y cantó el famoso bolera “Historia de un amor”, con las que obtuvo sus primeros aplausos más tres mil pesos y con las cuáles se pudo comprar 20 fichas.
Esa noche, sin dinero, se allegó donde un hombre que vendía café al lado de los videojuegos y estuvo una semana durmiendo en los buses que iban de Calera a Valparaíso. Después se convirtió en un allegado de las casas de sus amigos que conoció en los videojuegos.
Cuenta que pasó un año para que su madre volviera a tener su tuición, “al principio fue todo color de rosas, fue todo normal como que aquí nada había pasado… rarísimo”.
Y agrega que “empezaron las necesidades económicas, mi mamá siempre estuvo complicada de lucas, siempre de familia humilde y de escasos recursos, entonces las lucas siempre penaban. Así que cuando la empecé a pasar muy mal le dije: ‘pero mamá yo te puedo ayudar, yo sé cantar, consígueme una guitarra y voy a buscar lucas, te traigo plata todos los días’. Mi mamá hizo las gestiones, me consiguió una y ahí empecé”.
MORTAL KOMBAT
Uno de los momentos más destacados de la conversación fue cuando Martín invitó a Leo Rey a jugar Mortal Kombat. “¿Por qué es tan importante para ti este juego?”, le pregunta el animador. Leo Rey responde: “porque en esa época cuando me fui del lado de mi viejo fue lo primero que me cautivó. Tengo tres primeros lugares, un segundo lugar y un tercero, en Mortal Kombat 2 a nivel nacional, pronto internacional. Soy el más ‘brígido’ de aquí, de Chile, el más seco, igual que para las cumbias”.
Entre risas y jugando PlayStation 4 Leo Rey enfatizó que lleva jugando 23 años este juego. “La música se mezcla con el juego porque cuando yo empecé a cantar y ganaba plata, yo la usaba para jugar, y así olvidarme de los problemas y las cosas que me agobiaban. Fue ahí que mis amigos me dijeron que le hiciera una canción a Mortal Kombat”. Fue así que el músico creó “Mortal Kumbia”.
“Ahí los dejé a todos felices… Incluso hasta el creador de Mortal Kombat, Ed Boon, que llegó a comentar un tuit para mí: ‘lo más novedoso que he escuchado de Mortal Kombat es sin duda esto: Mortal Kumbia’”, dijo entre risas Leo Rey.