“Las mañana del sur son de mermelada y pan casero, son de harina y poesía, son de poesía y harina”.
Así comienza el poemario ilustrado “Latidos de mi nostalgia”, la última obra de Paulina Jara Straussmann (43), educadora, cuentista y autora de 32 libros físicos y un libro interactivo (digital).
El libro, de 40 páginas -para niñas y niños desde 9 años- magistralmente ilustrado por Alexis Segovia y publicado por Ediciones Mac-Kay, transporta al lector a la infancia en el campo, donde la vida gira en torno a la cocina, al pan horneado en casa, mientras afuera la lluvia arrecia.
Paulina –casada y madre de una adolescente de 14 años y un niño de 11-es de Osorno, estudió Actuación en la Escuela Teatro Camino de Héctor Noguera, luego regresó al sur a estudiar Educación Diferencial en la Universidad de Los Lagos. Trabaja desde hace 9 años en el Colegio San Ignacio El Bosque como profesora de Biblioteca.
“Latidos de mi nostalgia” fue presentado este sábado 27, a las 12 horas, en la Librería Aldebarán, en Ñuñoa.
La escritora conversó con el diario La Nación sobre este “diario de vida” intimista, que invita al lector a vivenciar otra forma de vivir el día a día.
“Latidos de mi nostalgia”, ¿es tu libro más personal tomando en cuenta que eres del sur y sus páginas muestran cómo es vivir la infancia en la cocina, entre mermeladas de la abuela y la lluvia?
-Sí, es mi libro más íntimo, porque es una fotografía poética de mi infancia en relación con el espacio interior de la cocina y exterior del bosque. Es un libro que también se ha ido construyendo con mis vivencias de adulta en el sur, cuando vacaciono dos meses en el verano junto a mi familia en el campo, cerca de Osorno. Es un libro muy nostálgico, con la añoranza de volver a habitar, ahora con la madurez de la experiencia, un espacio que se ha quedado pegado en mi memoria, como una segunda vivienda del espíritu.
Dijiste que este es tu primer poemario con rima libre. Explícame esto.
-La totalidad de mis libros publicados están escritos en rima, es decir, con los cánones de la poesía tradicional. En general, escribo en octosílabos, pero este poemario es en verso libre, eso significa que no está regido ni por la métrica ni por la rima.
Añade: “Desde niña que mi escritura personal es en verso libre, los poemas más íntimos y profundos, pero lo que escribo para niños es rimado, porque los niños pequeños aman y disfrutan del ritmo de la poesía y, porque mis cuentos en verso, están siempre pensados para ser narrados en voz alta. Esto debido a mi oficio de cuenta cuentos”.
Tú eres de Osorno y empezaste a escribir a los 7 años. ¿La separación de tus padres es la fractura, el gran motor que te impulsó a escribir?
-De todas maneras. Desde niña, la escritura ha sido para mí un medio de expresar mis vivencias, el dolor, la tristeza y las alegrías. Incluso ahora, que soy adulta, cuando me siento abrumada, escribo un cuento en verso que sea divertido, para animarme y cambiar de estado de ánimo y muchas veces, ese cuento, logra también arrancar sonrisas y entretener a mis lectores.
Paulina dice que “el sufrimiento padecido en mi infancia me ha permitido empatizar con la problemática de muchos niños y niñas que experimentan al igual que yo cuando niña una infancia difícil”.
Uno de tus escritos fue publicado, cuando eras niña, en el diario de Llolleo, ¿qué significó eso para ti?
-Creo que desde ese día comenzó mi carrera como escritora, porque ese gesto de confianza de mi papá me llevó a tomar en serio la escritura, con disciplina, como si fuera un adulto. Hace dos años, mi marido me regaló el diario donde fue publicado mi primer poema en el año 1988 y es un poema muy triste, con una profundidad inusitada para una niña tan pequeña, me imagino por la situación que estaba viviendo.
Rememora el poema:
Dos almas
Dos almas cuando las separan
es como el dolor de una madre
es como el sufrimiento de un padre
es como el sufrimiento de la vida
es como el llanto del amor cuando sufre.
“LA POESÍA TE HACE HERMANO DE TODOS LOS QUE SUFREN”
Tú haces la Hora del Cuento en Biblioteca, desde prekínder a cuarto básico, en el Colegio San Ignacio El Bosque. ¿Este trabajo te aporta insumos a tu proceso creativo?
-Trabajo desde primero a cuarto básico, pero a los preescolares les hago los cuenta cuentos de Navidad, Semana Santa y otras fiestas. Es un gran privilegio trabajar con niños, por el cariño y la alegría que ellos te regalan, además de que puedo conocer de cerca el alma infantil, sabiendo sus intereses y motivaciones.
La autora agrega: “El narrarles cuentos me permite a la vez, anticipar sus reacciones y probar distintos tipos de relato. Creo que gracias a eso, mis relatos de humor son tan apreciados por ellos”.
¿Dirías que la escritura ha sido un camino terapéutico en tu vida?
-De no haber sido por la escritura, no hubiera podido levantarme de la tristeza y construir una vida plena y realizada. El arte sana, el dolor fortalece y la poesía te hace hermano de todos los que sufren.
¿Cómo estructuras tu vida en torno a la escritura?, ¿a qué hora escribes?, ¿eres disciplinada?
-Escribo todas las semanas. Desde hace más de 15 años asisto semanalmente al taller de escritura de Cecilia Beuchat junto a otros escritores. Eso me obliga a escribir y a corregir. Cuando paso más de una semana sin escribir, me siento extraña, porque sumado al rigor de la disciplina está la necesidad de expresarme a través de la belleza.
Cecilia Beuchat es pedagoga, ¿cuál ha sido su aporte en tu trabajo?
-Su aporte y su influencia han sido profundas y marcadoras en mi vida. Cecilia es una gran maestra, una mujer muy estudiosa y rigurosa, amante del trabajo , como buena alemana, pero también es una amiga cercana, humilde y generosa, que comparte sus conocimientos y experiencias. Ir a su casa cada semana es como una terapia, un imprescindible que le agradezco a la vida. Con ella también aprendí a narrar cuentos, otra de mis pasiones.
¿Cómo fue el proceso de trabajar con el ilustrador Alexis Segovia?
-Fue algo maravilloso. Lo conocí por Instagram y lo invité a participar del proyecto aún antes de encontrar editorial. Su pincelada sutil y profunda era el complemento necesario para este poemario. Él es un ilustrador de gran sensibilidad, responsable y riguroso. Además, el hecho de que sea sureño aporta una mirada de alguien que ha vivido y gozado cada centímetro del sur.
¿Qué expectativas tienes de “Latidos de mi nostalgia”, ¿qué huella te gustaría que dejara este poemario en los lectores?
-Confío mucho en este poemario, en esta especie de “diario de vida” intimista, que invita al lector a vivenciar otra forma de vivir el día a día. Especialmente para las personas de Santiago, este poemario es la pausa poética de una vida agitada, es la nostalgia por las cosas simples y valiosas un viaje a lo relevante, a lo imperecedero.
Paulina Jara remarca: “Quisiera que todos los lectores a través de estas páginas puedan regresar a ese lugar seguro de su infancia, un lugar que está colmado de olores y sabores, un espacio de dicha y paz, ese lugar que todos atesoramos en nuestras almas y que soñamos para nuestros hijos”.
“LATIDOS DE MI NOSTALGIA”
-Autora: Paulina Jara Straussmann
-Ilustraciones: Alexis Segovia Olguín
-Categoría: Poemario infantil
-Formato: Tapa dura
–Dimensiones: 25 x 18 cm
-Extensión: 40 páginas