Como pocas veces se vio anteriormente, el final de la séptima temporada de Game Of Thrones entregó varias respuestas a muchas de las intrigas que se han ido desarrollando sobre la serie. La más importante de todas fue la confirmación de la verdadera identidad de Jon Snow, quien gracias a una nueva visión de Bran Stark se supo que su nombre real es Aegon Targaryen. El hermano menor del Rey en el Norte siempre supo que Jon era hijo de Rhaegar Targaryen y Lyanna Stark, pero asumía que su condición era la de un hijo ilegítimo al no estar casados sus padres, llegando a afirmar incluso que al ser un bastardo de Dorne su apellido debía ser Sand (Arena) en vez de Snow (Nieve). Esto fue corregido por Samwell Tarly, quien recién había llegado a Invernalia a ayudar en la lucha contra el Rey de la Noche, contándole a Bran que una de sus lecturas en la Ciudadela se enteró que Lyanna y Rhaegar se habían casado en secreto. Sabiendo esto, el joven Cuervo de Tres Ojos lanzó en una frase lo que muchos fanáticos estaban esperando escuchar: Jon es el legítimo herdero al Trono de Hierro. En el mismo episodio se dio la esperada venganza de las hermanas Stark con Petyr Baelish, quien sin sospecharlo terminó siendo enjuiciado por Sansa, junto a Bran y Arya, por los crímenes de traición y conspiración. Nuevamente gracias a las visiones del hermano menor de los Stark se supo que Meñique conspiró contra Ned en Desembarco del Rey, así como también que fue el asesino de Lysa Tully, hermana de Catelynn, entre otros crímenes. Finalmente fue Arya quien hizo justicia degollando a Baelish, en lo que fue otro momento muy esperado por los seguidores de la serie. En la capital se dio la esperada reunión entre Cersei y la expedición que fue más allá del Muro por un espectro, a la que Daenerys llegó, como era de esperar, montada en uno de sus dragones. El encuentro finalizó aparentemente con éxito ya que a pesar de una rabieta de parte de la Reina de Poniente, se logró un acuerdo gracias a la mediación de Tyrion quien convenció a su hermana de ayudar en la Gran Guerra que se avecina. Sin embargo, luego se supo que todo no fue más que una de las jugadas de Cersei, quien le confesó a Jaime que en definitiva no los ayudará en la pelea contra los Caminantes Blancos tras enterarse que el Rey en el Norte le juró lealtad a su rubia competidora Targaryen. La madre de los fallecidos Joeffrey y Tommen afirmó que esperará a que los ejércitos de Jon y de Daenerys se desgasten luchando solos contra la amenaza que viene más allá del Muro, para después recién enfrentarse a quien ose invadir Desembarco del Rey con ayuda de la Compañía de Oro, que sería traída desde Essos en los barcos de Euron Greyjoy. Por último, se resolvió igualmente otra de las grandes interrogantes de la serie. Mucho se especuló sobre cuál sería la relación entre Jon Snow y Daenerys Targaryen, quienes no saben aún que son parientes. Tras varios acercamientos y coqueteos entre ambos, finalmente se confirmó que lo de ellos va más allá de una simple amistad y que podría terminar siendo el romance más importante en la historia de Westeros.