Como planeta enfrentamos nuevas condiciones climáticas que elevan de manera dramática los niveles de riesgo frente a estos eventos, y Chile no es ajeno a esa realidad. Se pronostica un verano especialmente caluroso y hemos pasado por una primavera más lluviosa que lo habitual, que estimula el crecimiento de pastos y malezas que luego se secarán, elevando el riesgo de propagación.
La clave entonces está en la prevención y la alerta temprana, bajo la premisa de que el mejor incendio es aquel que no se produce. Si no se reacciona en menos de 20 minutos ante un foco, el riesgo de propagación es alto. Por eso debemos seguir desarrollando una red ciudadana que nos ayude a prevenir los incendios, identificando los factores de riesgo y ejecutando en conjunto las acciones necesarias para eliminarlos.
Chile no cuenta ni con los recursos ni con la capacidad de combate del Hemisferio Norte. No obstante, y gracias a las lecciones aprendidas tras 2017, hoy sí estamos más preparados. Contamos con una red social de prevención y de alerta temprana que integran 4.500 vecinos capacitados en 73 comunas rurales en siete regiones, y hemos perfeccionado la coordinación y capacidad conjunta entre entidades públicas y privadas.
Todo indica que la temporada se viene riesgosa para nuestro país. Cada día, cada hora y cada minuto que tenemos para prepararnos es fundamental. Mientras más fortalezcamos la red social de prevención y alerta temprana y la colaboración intersectorial, más capacitados estaremos para proteger a las personas, sus viviendas, instalaciones y evitar o disminuir las nefastas consecuencias para el ecosistema que representan los incendios.
. Juan José Ugarte, presidente de la Corporación Chilena de la Madera (Corma).