Los servicios sanitarios, de agua y saneamiento “han sido paralizados por más de dos años de hostilidades y han creado las condiciones ideales para que las enfermedades se propaguen”, se indica en la nota.
Además, el Yemen “está al borde de la hambruna”, según la ONU, ya que “casi el 60 por ciento de la población no sabe de dónde vendrá su siguiente comida” y, entre ellos, “casi 2 millones de niños yemeníes sufren de una desnutrición severa”. En una visita de los responsables de las tres agencias de la ONU a ciudad costera de Adén (sur) y a Saná, estos vieron cómo las principales infraestructuras sanitarias han sido “dañadas o destruidas”.
Sin embargo, aducen, “hay esperanza”, pues “más del 99 por ciento de las personas que están enfermas sospechosas de haberse contagiado del cólera y que pueden acceder a los servicios sanitarios están sobreviviendo”. El cólera es una infección intestinal aguda causada por la ingestión de alimentos o agua contaminada con la bacteria “vibrio cholerae”, que en los casos más graves puede provocar la muerte en pocas horas si el enfermo no recibe tratamiento. El país vive en guerra desde 2014, cuando los rebeldes hutíes ocuparon la capital, Saná, y otras provincias, que se recrudeció en 2015, con la intervención de la coalición militar integrada por países suníes y encabezada por Arabia Saudí a favor de las fuerzas leales al presidente Abdo Rabu Mansur Hadi.