La legitimidad de los 31 diputados con menos del 5% de votación
*Por Yamil Musa
En los últimos días ha llamado poderosamente la atención el hecho de que 31 diputados fueron electos con menos del 5% de los votos. Sin embargo, no se trata de un fenómeno excepcional ni injusto. Simplemente responde a que el sistema electoral cambió, y culturalmente debemos adaptarnos. No podemos mirar los resultados electorales como lo hacíamos con el sistema antiguo, el que funcionó en Chile desde la vuelta de la democracia, conocido como “sistema binominal”. Este sistema privilegiaba el equilibro entre grandes coaliciones, concentrando la votación en pocos candidatos. El nuevo sistema proporcional, por el contrario, intenta fraccionar el poder político.
Es una constante escuchar que los chilenos votan por personas, no por partidos ni coaliciones, esta lógica imperaba en el sistema binominal. Pero el sistema proporcional aspira a que las ideas políticas tengan más importancia que los actores. Por esto no es particularmente relevante la votación individual que obtengan los candidatos. Cada ciudadano vota un programa o un conjunto de valores, y esos valores son los que tienen que ser representados proporcionalmente en el parlamento, más allá de los votos que saque cada uno de los candidatos individualmente. Una vez que se aclara la lógica, deja de parecer injusto que candidatos con bajo porcentaje de votos a nivel individual pasen al parlamento a defender las ideas de los pactos, elegidas dentro de la totalidad de opciones que se presentaron a elecciones.
Cabe señalar que todos los sistemas electorales generan distorsión. No existe un sistema perfecto. Los estados eligen sus sistemas buscando ciertos efectos en la distribución del poder político. Con la reforma al sistema electoral, Chile apostó por las ideas y no por los personalismos. No obstante, podemos alegar que nuestra población no se siente representada con los políticos, ante lo que cabe preguntarse si si sería apropiado poner un grado más de separación entre el elector y el candidato. Antes directamente elegíamos al candidato que preferíamos, la relación era lineal. Hoy más que elegir a una persona votamos una lista, que puede estar integrada por un partido o una coalición de partidos. Debemos confiar que las listas en su conjunto representan las ideas que nuestro candidato defiende. La lógica que se utiliza en los sistemas de “lista cerrada”, donde el ciudadano vota por lista y no por persona individual, de esta manera los partidos o pactos deciden internamente en qué orden van los candidatos. Si se reconociera en la ley este fenómeno que se da de hecho en las elecciones proporcionales, no existirían candidatos electos con esta votación porcentual baja, lo que evitaría que se ponga en descrédito el sistema.
Por lo tanto, según el nuevo sistema electoral, la elección de diputados con bajos porcentajes de votos a título individual no es injusta, sino que responde a la nueva lógica de representación. Ahora queda plantearse la segunda variable. ¿Se trata de un caso excepcional?
Pues no. Tenemos antecedentes en la historia política reciente de candidatos elegidos con cantidades similares de votos. El ejemplo más emblemático es el del ex Diputado Carlos Olivares que en las elecciones de 1997 y 2001 fue electo en el antiguo distrito 18 con un 5,4% (11080 votos) y 5,8% (10930 votos) respectivamente, pero con muchos menos candidatos. Más cercano es el caso del ex Diputado Alberto Robles, que en la elección del 2013 fue electo con 13,3% (5055 votos). Esto es importante de destacar porque el porcentaje y número de sufragios son dos dimensiones diferentes.
En este sentido, icónico ha sido el distrito 10, en el que el Frente Amplio eligió 3 Diputados (34,9% de votos totales) , la Fuerza de la Mayoría 1 (14,6%) y Chile Vamos 3 (38,5%). Particular repercusión han tenido los 2 diputados que el Frente Amplio logra elegir con baja votación porcentual (1,2% y 1,02%). Pero el 1,2% del Diputado Winter equivale a 5230 votos, más que los 5055 con que fue electo Robles. Lo que pasa es que ahora, a partir del redistritaje que trajo la reforma al sistema electoral, el distrito 10 está conformado por los antiguos distritos 21, 22 y 25, el segundo más grande del país con 950.663 empadronados.
Por lo tanto, la noticia no es que 31 diputados fueron elegidos con menos de 5% de los votos, sino que el nuevo sistema electoral busca disminuir la importancia de los políticos, para potenciar los programas y los valores que la ciudadanía, a través del voto, lleva al parlamento.
*Yamil Musa es analista político y académico de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad San Sebastián.