Según informó este jueves El Mercurio, el instituto emisor detalló en una circular que la medida busca eliminar gradualmente la convivencia de dos monedas de $100 de diseño y características diferentes, con el fin de evitar confusiones para el público general, atascos en máquinas dispensadoras o recolectoras, y disminuir tiempos de gestión del efectivo de empresas y bancos comerciales.
“Las entidades bancarias y las empresas externas que presten servicios relacionados con el manejo del efectivo que reciban monedas antiguas de $100 deberán sacarlas de circulación y remitirlas al Banco Central de Chile”, señala la circular.
Asimismo, desde el 2 de noviembre, las monedas antiguas de $100 que sean remitidas al Banco Central deberán ser procesadas exclusivamente a través del Sistema de Información de Tesorería (SIT). La información también consigna que el Banco Central ha detectado una acumulación relevante de monedas de esta denominación en el mercado y particularmente en poder de los bancos y empresas gestoras de efectivo, por lo que se busca una racionalización del stock público de este circulante.
La moneda de $100 tiene una composición de 92% de cobre, 6% níquel y 2% aluminio.