Hugo Covarrubias, académico de Trabajo Social de la Universidad Central.
Desde el estadillo de octubre de 2019, Chile no ha parado de presentar cambios sociales, tanto en la forma como en el fondo. Esto se ve reflejado en las nuevas formas de hacer política; las nuevas coaliciones o liderazgos electorales; y en la idea de fondo de cómo construir un país a corto y mediano plazo, además del proceso mediante el cual se escribe un proyecto de una nueva Carta Magna, al que algunos convencionales aluden como la primera vez que en Chile se escribe una Constitución democrática redactada a través de una asamblea representativa.
Sin embargo, las potentes expectativas puestas en el proceso constituyente se han ido diluyendo en el transcurso del tiempo y quedan muy pocos meses para conocer el texto final del proyecto de nueva Constitución. ¿Hasta dónde están los chilenos y chilenas dispuestos a ver que la política partidista irrumpe en la Convención y esta se va alejando de las consignas de igualdad, equidad y justicia social? Eso no esta tan claro en estos días.
Vemos una forma de “anarcocuriosidad” en temas que para algunos son importantes, pero a la larga no tienen fundamento y se van diluyendo en las votaciones al no conseguir los dos tercios. Este fenómeno ha hecho que la gente vaya perdiendo el fervor por una nueva Constitución para Chile. Más que certezas origina incertidumbre a la opinión pública. No desperdiciemos esta oportunidad histórica por no llegar acuerdos transversales. Si fracasamos, seguiremos en un país en que, como lo decía Nicanor Parra, “la izquierda y la derecha unidas jamás serán vencidas”.
Hugo Covarrubias, académico de Trabajo Social de la Universidad Central.