Juan Pablo Sutherland desclasifica algunas “masculinidades espectaculares” en la Universidad de Princeton
Drag Queens imitando a Paulina Rubio, Amy Winehouse o Cher en las cada vez menos subterráneas galerías del mundo gay, también se transforman con la discusión del género y nuevas nomenclaturas. Si el Drag Queen es la práctica transformista de jugar con los roles de género , en particular explorando el imaginario femenino, su equivalente en el Drag King plantea el cuerpo femenino en esa exploración y crítica desde la indumentaria e ideario masculino que ya es temática no solo de discoteques gays, realities y performance, también es materia de cátedra en las universidades.
El paso desde la práctica under a la academia más exquisita se cristalizó en el reciente simposio “Drag Kings: An Archaeology of Spectacular Masculinities in Latino America” (Drag Kings: una arqueología de masculinidades espectaculares en América Latina), en el que un grupo de connotados académicos de todo el mundo debatió sobre el futuro de un paragénero enfrentado al mismo mundo de prejuicios y contradicciones de siempre, pero amplio en nuevas miradas y enfoques desde la cultura.
Anclado en el Programa de Estudios Latinoamericanos (PLAS) de la Universidad de Princeton, EEUU, el análisis de esta figura extravagante del Drag King como manifestación iconoclasta y contestataria, contó con la presencia del escritor y académico chileno Juan Pablo Sutherland, autor “Nación Marica” y “Ficciones políticas del cuerpo”.
Su aporte acerca de las masculinidades espectaculares abordó el imaginario y narrativa de uno de los precursores de la narrativa queer de la región. En la ponencia titulada “Lemebel en llamas: cuerpo especular y la injuria sudaca como performance”, Sutherland actualizó cómo envejece el mito del escritor under más popular de la escena. “La figura de Pedro Lemebel se ha transformado en una potencia ineludible para pensar sexualidades críticas, escrituras y performances en América Latina”, señala la presentación que plantea una reflexión del autor de “La esquina es mi corazón” bajo un concepto de nomadismo visual como un reflejo de su obra.
“En ese horizonte, la figura de la injuria es un motor central de su performatividad que cruza fuertemente su obra. En uno de sus últimos libros de crónicas, Lemebel comparece con una poética de la injuria como título en “Poco Hombre”, un texto que recorre el ejercicio creativo y político que Lemebel dispone para jugar con la espectacularidad del nombre e interrogar las tecnologías de género”, señala sobre el denominador de este simposio.