El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, admitió que “casi se queda dormido” durante el debate presidencial con su contendiente, Donald Trump, atribuyéndole la responsabilidad al cansancio provocado por los viajes a Italia para la cumbre del G7 y a Francia, donde participó en el 80° aniversario del desembarco de Normandía.

Durante un evento de recaudación de fondos en McLean, Virginia, el mandatario señaló: “Decidí dar la vuelta al mundo un par de veces poco antes del debate, no escuché a mi equipo y luego casi me duermo en el escenario”.

“No es una excusa, sino una explicación”, acotó.

Su presentación durante el debate ha sido fuertemente criticada, donde proyectó una imagen envejecida, voz ronca y dificultades para concluir algunas de sus frases. Lo anterior encendió las alarmas entre sus votantes y los propios miembros del Partido Demócrata, quienes mantienen sus dudas sobre su capacidad para continuar en la dirección del país.

El presidente protagonizó un breve discurso de seis minutos en el evento, donde confesó que el desempeño en el debate era “crucial” para ganar los comicios del próximo 5 de noviembre.

LA CASA BLANCA DESCARTÓ DEMENCIA O ALZHEIMER

El pasado lunes, Biden sostuvo un pequeño encuentro con periodistas en la Casa Blanca, donde abordó la decisión del Tribunal Supremo de dar inmunidad parcial a expresidentes. Durante el debate, fuentes cercanas aseguraron que la ronquera del mandatario era producto de un resfriado.

No obstante, la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, subrayó que Biden no se encontraba tomando medicación durante la noche del debate. En la instancia, un periodista le consultó si el jefe de Estado sufría de alzheimer o algún tipo de demencia, a lo que la portavoz respondió con un rotundo “no”.