El jefe del Pentágono, Mark Esper, defendió los drásticos aumentos en el gasto militar exigidos por el presidente Donald Trump a los aliados de Estados Unidos, y subrayó que la OTAN no puede permitirse el lujo de estados “parásitos”.
“La mayoría de los países ven a Estados Unidos como el mejor socio para la seguridad global, no solo por la superioridad de nuestras capacidades y equipos militares, sino también por los valores que defendemos”, dijo el ministro estadounidense de Defensa a expertos en seguridad nacional del Consejo de Relaciones Exteriores (CFR).
“Nuestras alianzas no se basan en transacciones comerciales”, agregó. “Se basan más bien en el respeto mutuo, valores comunes y una voluntad compartida para defenderlos”, subrayó.
El exdiplomático Richard Haas, presidente del CFR, le recordó que ciertos países de la OTAN consideraron que la alianza con Washington se estaba volviendo cada vez más “transaccional” y dudaban de la voluntad de Estados Unidos de defenderlos en caso de ataques si no hubieran pagado lo suficiente.
“Para muchos de nuestros aliados (las relaciones) incluso parecen condicionadas” al 2% del PIB que Washington le pide a los países de la OTAN que dediquen a la Defensa, agregó el exdiplomático.
“No creo que sea una transacción. Es una obligación”, dijo Esper. “Estados Unidos gasta el 3,5% de su PIB en defender a Estados Unidos, sus aliados y socios. Muchos países gastan mucho menos del 1%” en su defensa, indicó.
Los aliados se comprometieron en 2014 a aumentar su gasto al 2% de su PIB en 2024, pero solo nueve alcanzaron este objetivo en 2019 y Alemania ya advirtió que no podrá alcanzar “la cifra antes del comienzo de la década 2030”.
“La mayoría de los países ven a Estados Unidos como el mejor socio para la seguridad global, no solo por la superioridad de nuestras capacidades y equipos militares, sino también por los valores que defendemos”, dijo el ministro estadounidense de Defensa a expertos en seguridad nacional del Consejo de Relaciones Exteriores (CFR).
“Nuestras alianzas no se basan en transacciones comerciales”, agregó. “Se basan más bien en el respeto mutuo, valores comunes y una voluntad compartida para defenderlos”, subrayó.
El exdiplomático Richard Haas, presidente del CFR, le recordó que ciertos países de la OTAN consideraron que la alianza con Washington se estaba volviendo cada vez más “transaccional” y dudaban de la voluntad de Estados Unidos de defenderlos en caso de ataques si no hubieran pagado lo suficiente.
“Para muchos de nuestros aliados (las relaciones) incluso parecen condicionadas” al 2% del PIB que Washington le pide a los países de la OTAN que dediquen a la Defensa, agregó el exdiplomático.
“No creo que sea una transacción. Es una obligación”, dijo Esper. “Estados Unidos gasta el 3,5% de su PIB en defender a Estados Unidos, sus aliados y socios. Muchos países gastan mucho menos del 1%” en su defensa, indicó.
Los aliados se comprometieron en 2014 a aumentar su gasto al 2% de su PIB en 2024, pero solo nueve alcanzaron este objetivo en 2019 y Alemania ya advirtió que no podrá alcanzar “la cifra antes del comienzo de la década 2030”.