“Judicialmente esto podría acumularse dentro del contexto de los derechos humanos y podría investigarse también, ya que podría significar un hecho que altere lo que sabemos hasta acá”, señaló el presidente de la Corte Suprema, Hugo Dolmestch respecto del eventual ocultamiento de indagatorias e informes de la Central Nacional de Inteligencia (CNI) entre 1980 y 1982.
La reacción surge a partir del sumario que realizó el Ejército respecto de esa materia y que la inexistencia de archivos durante ese período, incluida una carpeta sobre el ex presidente Eduardo Frei Montalva y que firmó en 2016 su calidad de Jefe de Estado Mayor General de la institución, general Ricardo Martínez Menanteau, quien en marzo de 2018 asumirá la comandancia en jefe. Según un reportaje de radio ADN, el 3 de enero de 2016, estampó su rúbrica en el texto de la indagatoria de carácter reservado sobre los archivos de la CNI como también, de la Dirección de Inteligencia del Ejército (DINE) del período señalado y que se presumieron incinerados.
En ese documento se señala que “no ha sido factible determinar su destino en razón de la inexistencia de pruebas físicas que permitan sostener su existencia, lo anterior demostrado por la documentación solicitada a DINE y las correspondientes declaraciones testimoniales que avalan dicha documentación”, se indicó en otra parte del documento.
“Si fuera así por supuesto que podría dar la posibilidad para que la gente piense que se han ocultado, vía esconder y vía recluir alguna pieza que podría haber sido de interés”, sostuvo el magistrado.
La reacción surge a partir del sumario que realizó el Ejército respecto de esa materia y que la inexistencia de archivos durante ese período, incluida una carpeta sobre el ex presidente Eduardo Frei Montalva y que firmó en 2016 su calidad de Jefe de Estado Mayor General de la institución, general Ricardo Martínez Menanteau, quien en marzo de 2018 asumirá la comandancia en jefe. Según un reportaje de radio ADN, el 3 de enero de 2016, estampó su rúbrica en el texto de la indagatoria de carácter reservado sobre los archivos de la CNI como también, de la Dirección de Inteligencia del Ejército (DINE) del período señalado y que se presumieron incinerados.
En ese documento se señala que “no ha sido factible determinar su destino en razón de la inexistencia de pruebas físicas que permitan sostener su existencia, lo anterior demostrado por la documentación solicitada a DINE y las correspondientes declaraciones testimoniales que avalan dicha documentación”, se indicó en otra parte del documento.
“Si fuera así por supuesto que podría dar la posibilidad para que la gente piense que se han ocultado, vía esconder y vía recluir alguna pieza que podría haber sido de interés”, sostuvo el magistrado.