Iván Núñez, periodista de TVN, interpuso una querella criminal por el delito de homicidio calificado en grado de frustrado ante al Juzgado de Garantía de Cañete, luego de que el sábado 27 de marzo en la noche sufriera un atentado con arma de fuego, tras haber coordinado una entrevista con el dirigente de la CAM, Héctor Llaitul.
Producto de la balacera en contra del equipo de TVN el camarógrafo Esteban Sánchez perdió uno de sus ojos.
En las seis páginas a la que tuvo acceso Radio Biobío, el periodista de Televisión Nacional contó por primera vez en ocho puntos y detalladamente cómo ocurrió el incidente.
Núñez afirma que salió el mismo día (27 de marzo) con Sánchez sentado a su lado en una camioneta del canal.
“(…) llegamos a la ciudad de Cañete a eso de las 16:00. Originalmente nos reuniríamos con nuestro entrevistado en esa ciudad a las 18:00 horas. Sin embargo, Llaitul nos comentó que tenía alguna complicación para llegar a ese lugar y quedamos de reunirnos en el puente Lleu Lleu a eso de las 18 horas. Una vez que llegamos a ese lugar Llaitul nos indica que sigamos manejando un par de kilómetros más, hasta llegar al cruce San Ramón”, señala el documento.
Nuñez detalla que al llegar al punto de reunión con el comunero mapuche, subió a una camioneta con cuatro personas en su interior, “una de ellas Llaitul, con quienes comenzamos a conversar. Eso ocurrió a las 19 horas”.
“(…) tengo un registro de imágenes con hora en mi teléfono celular (…) con el objeto de conversar unos minutos más, le ofrecimos a Llaitul llevarlo hasta su hogar a lo que accedió, subiéndose este, junto a su pareja a los asientos posteriores de la camioneta que yo manejaba, cuyo copiloto era Juan Esteban Sánchez”, indica. El vehículo en que había llegado Llaitul, les abría el paso.
Hasta ese momento todo iba bien, la camioneta que iba frente a ellos les dio el paso a medida que seguían avanzando.
“Pasamos por un lugar en que al parecer estaban celebrando un cumpleaños y Llaitul bajó el vidrio para saludar”, cuenta Núñez.
Siguieron camino hasta que llegaron al lugar donde el dirigente “y su pareja se bajaron de la camioneta”, y “así nos dimos la vuelta y emprendimos la marcha hacia Cañete”, continúa el relato.
En el trayecto pasaron otra vez por el lugar donde se desarrollaba la celebración, pero fueron detenidos por un grupo de desconocidos, “señalándonos que estaban muy molestas”.
Le dijeron “que habíamos ingresado a su territorio sin solicitar autorización”.
El momento se tornó tenso. Núñez les explicó que habían entrevistado a Héctor Llaitul “y que teníamos su autorización, pero eso no aplacó su molestia, argumentando que Llaitul era de Osorno y no de ahí”.
Le reclamaron que “estaban muy enojados e incluso señalaban que cruzarían un vehículo en el camino para impedirnos el paso”.
“Para intentar calmar los ánimos, les ofrecimos que nos dieran sus argumentos en una entrevista que se realizaría al día siguiente”, contó el periodista.
A raíz de la tensa situación y el peligro a que los ánimos siguieran calentándose, “hablamos personalmente con la dirigente Gladys Huenumán”. Cabe señalar que esta última, exmilitante de las Juventudes Comunistas (JJCC) fue vocera de los detenidos durante 2010, en la cárcel de Lebu por delitos terroristas que por entonces estaban en huelga de hambre.
Acto seguido, relata Núñez, en la presentación se contactaron con el dirigente Santos Reinao, ligado al PPD y actual candidato a integrar del proceso constituyente.
En marzo de 2020 este último fue amenazado por la agrupación Resistencia Mapuche Lavkenche, una de las más radicales de la zona de Arauco. A través de un comunicado difundido en la oportunidad, lo acusaron de trabajar en conjunto con las empresas forestales que operan en la zona.
En la querella incoada por Núñez en todo caso no se detalla cuál fue el rol que cumplieron Reinao y Huenumán.
“Una vez que dejamos atrás ese lugar, luego de coordinar una entrevista para el día siguiente, y nos detuvimos a captar unas imágenes a las 20:09 horas de acuerdo a mi registro telefónico”, agrega.
Posterior a lo anterior continuaron conduciendo hasta terminar el camino de tierra, doblando en dirección a San Ramón y cinco minutos después sentí un primer impacto de bala por el lado del piloto”.
“Luego un segundo impacto que me hirió en el brazo y ahí comenzaron a dispararnos desde todas las direcciones, tanto desde los lados e incluso desde el frente”, continúa.
Y añade: “Uno de los disparos del lado del copiloto dio en el rostro de Juan Esteban (Sánchez, el camarógrafo), quien comenzó a sangrar profusamente”.
Según el relato posteriormente los disparos fueron dirigidos a los neumáticos de la camioneta, “con lo que impidieron nuestra fuga (…) aún así logramos continuar avanzando mientras nos disparaban”.
“Los disparos duraron aproximadamente unos cinco minutos y nosotros seguíamos avanzando por lo que debe haber sido un número importante de tiradores”, explica.
Afirma Núñez que nunca se detuvieron “y siempre estuvimos bajo fuego (…) estaban (Sánchez) permanentemente me gritaba ‘¡sácame de acá!’”.
“(…) por el estado en que quedó nuestro vehículo, recibimos una enorme cantidad de disparos de todos los calibres y con distinto tipo de armamento”, destaca.
ARMAMENTO
A su juicio fueron “pistolas nueve milímetros y tiros de escopetas, (…) tiradores que jamás logramos ver”.
“No había ninguna forma de defendernos y únicamente logramos salir con vida en razón que nunca detuvimos la marcha”, apuntó.
Núñez afirma que cuando lograron llegar al cruce San Ramón, la posibilidad -por el estado en que quedó la camioneta- les fue imposible trasladar al camarógrafo a un centro asistencial”. Los disparos ya habían cesado.
“Me bajé de la camioneta pues había un camión blanco estacionado (…) le pedí ayuda e inmediatamente se fue (…) durante esos minutos llamé al 133, a las 20:16 horas”, dice.
La desesperación del profesional por su compañero, se colige de la querella, notó que un par de luces se notaban a la distancia.
“(…) me puse de rodillas con las manos arriba (…) el auto se detuvo y la pareja que lo conducía en un principio se negó a ayudarnos (no fue sino ante mis súplicas que decidieron llevarnos en el asiento trasero hasta el hospital de Cañete”, sigue la relación de hechos.
Después de ser llevado a Concepción, se informó que el camarógrafo, Esteban Sánchez, sufrió una explosión ocular producto de un disparo y perdió uno de sus ojos.
Bajo la asesoría de los abogados Jorge Ponce, Matías Künsemüller y Fernando Garreaud, la acción legal establece que los hechos son constitutivos del delito de homicidio calificado en grado de frustrado. “(…)sujetos previamente concertados para ello, intentaron darnos muerte (…) pues se dirigían a los vidrios, puertas y como ya se sabe, ambos fuimos heridos, llevando Juan Esteban la peor parte”.