“Salimos y pasé la noche en la casa prefabricada de mi hijo”, explicó a la AFP Aguéliki Glava, una mujer de unos setenta años que vive en un inmueble con tres pisos.
Reconstruida tras un terremoto devastador de 6,4 en 1953, que provocó más de 400 muertos, Zante dispone de unas estrictas normas de construcción antisísmicas, recordó el alcalde de la capital de la isla, Pavlos Kolototsas.
“Se trata de un terremoto sin precedentes en los últimos años (…) pero afortunadamente solo cayeron algunas rocas, sin provocar heridos”, dijo el alcalde en declaraciones a la emisora de radio griega RealFM.
UN RUIDO INCREÍBLE
Después del terremoto, se cortó la electricidad en Zante y esta tardaría unas horas en ser restablecida, informaron los bomberos.“No se produjeron daños importantes en las casas, según las primeras informaciones”, aseguró a la AFP un miembro del servicio de prensa de los bomberos.
El sismo también tuvo un cierto impacto en la Grecia continental e incluso en Malta y Libia. En concreto, afectó a la localidad de Pyrgos, en el oeste del Peloponeso, que se encuentra enfrente de Zante. Según los bomberos, se derrumbó la valla de una iglesia en esta localidad y un vehículo también quedó destrozado, sin causar víctimas mortales. Una torre bizantina del siglo XII, situada en una isla cercana a Zante, también sufrió desperfectos, indicaron medios locales.
“El terremoto vino acompañado por un ruido increíble pero los habitantes mantuvieron la calma”, aseguró un testigo del sismo a la cadena de televisión Skai, el periodista Andréas Papadimitriou, que vive en Zante.
Según el Observatorio de Atenas, al menos hubo cuatro sacudidas el jueves por la noche con una magnitud de 4,9, 5,0, 5,1, y 6,4.
El epicentro del terremoto se situó en alta mar, a 287 km al oeste de Atenas y a unos 44 kilómetros de las costas de Zante. Estuvo localizado a unos 5 kilómetros de profundidad, según el Observatorio de Atenas, y 16,6 según el USGS.
Grecia, en particular el oeste y el sur del Peloponeso, se encuentra situada sobre una falla técnica y suele ser escenario de terremotos, aunque la mayoría de ellos no han ocasionado víctimas mortales en los últimos años.
No obstante, en julio del 2017 un sismo de 6,7 provocó la muerte de dos personas en la isla turística de Kos en el Mar Egeo, sureste del país.