Un año más tarde, se dio a conocer el informe de la Comisión Valech, cifrando en más de 30 mil las víctimas de detenciones, tortura, ejecuciones y desapariciones durante la dictadura, y cuyos antecedentes se deberían mantener como reservados durante 50 años para todos los efectos, inclusive los legales.
En ese sentido, frente a las críticas de Gutiérrez, el ex secretario de Estado de Lagos señaló que “yo no sé de dónde sacó eso el diputado, de que algo pueda haber tenido algún deseo de impunidad”. “La gente que estaba haciendo sus declaraciones en ese momento podría haber ido donde el juez para testificar lo que les pasó. No había ninguna obligación de guardar silencio, nadie estaba obligado a guardar silencio”, agregó.
A juicio del ex secretario general de la OEA, la petición de silencio se debe a que “nadie puede estar obligado a que sus familiares, sus descendientes, sus hijos, sus nietos, sepan las cosas que les ocurrieron”. No obstante, Insulza recalcó que aprueba que los testimonios puedan estar a disposición de los tribunales en caso de que lo requieran para alguna investigación.
“También estoy de acuerdo en que quienes entregaron sus testimonios sobre la base de que había un secreto, deberían ser consultados para ponerlos a disposición de los tribunales”, puntualizó.