El informe anual del Instituto Nacional de Derechos Humanos reveló que más del 50% de los adolescentes que se encuentran en los Centros de Internación Provisoria y de Régimen Cerrado del Sename (CIP-CRC) sufrieron algún tipo de castigo o maltrato.
El informe anual del Instituto Nacional de Derechos Humanos reveló que más del 50% de los adolescentes que se encuentran en los Centros de Internación Provisoria y de Régimen Cerrado del Sename sufrieron algún tipo de maltrato o violencia. En el apartado “Situación de los y las adolescentes en centros de privación de libertad de administración del Estado”, se detalló el hallazgo de vulneraciones a los derechos humanos detectadas y se esbozan conclusiones y recomendaciones. La evidencia da cuenta que los y las adolescentes privados de libertad en Chile, en un altísimo porcentaje posee estas características: presentan consumo problemático de drogas, provienen de barrios vulnerables y familias en situación de riesgo social. Ello facilitando que la criminalización de la pobreza sea una constante en nuestro sistema penal. El estudio se realizó en los 18 CIP-CRC del país, cubriendo el 100 % de los centros a nivel nacional. La muestra incluyó adolescentes de todos los CIP-CRC, con una muestra seleccionada de manera aleatoria y que totalizó 98 entrevistas realizadas. El 88% de los encuestados eran hombres, en tanto las mujeres alcanzaron al 11,2%, mientras que un 10% se reconoció como parte de pueblos originarios. Las visitas a los Centros comprobaron que sólo un 22 % de éstos cuenta con psiquiatra propio. Aun así, la gran mayoría de los y las adolescentes declaró que se le han dado medicamentos para calmarlos o dormirlos. Entre esas principales prácticas se detectó la realización de desnudamientos. En este sentido, el 70% de los hombres dijeron haber sufrido esta práctica, mientras que un 45% de las mujeres dijo haberlas padecido. El Informe llama la atención sobre la naturalización de esta práctica, que no es cuestionada, ni por las autoridades de Sename, por las de Gendarmería de Chile, ni tampoco por los propios adolescentes. Generalmente el desnudamiento es más frecuente en los allanamientos y al término de la visita, en el marco de necesarias revisiones por razones de seguridad. Esto posibilita otra serie de vulneraciones, como hacerlos hacer sentadillas, agacharse y con las manos tocarse los tobillos, mientras permanecen desnudos. Respecto al uso de gas pimienta, el 90,8% de los varones consultados señaló que habían visto usar gas pimienta al interior del Centro y 63,6% de las mujeres respondió lo mismo. Entre los adolescentes hombres el 67,8% reportó que le habían rociado gas pimienta y el 36,4% de las mujeres reportó lo mismo. Hubo adolescentes que reportaron que el gas pimienta se lo tiraban en la cara, o a sus camas para que estas quedaran mojadas, o en las habitaciones y luego los encerraban en ellas. A su vez, el Informe sostiene que ser allanados constituye la situación en que los y las adolescentes quedan más expuestos a vivenciar malos tratos y vulneraciones de sus derechos. Un 59% reportó que les rompen las cosas, un 76% que les gritan, un 13 % que los escupen, un 71% recibe insultos durante el allanamiento, un 45% de los adolescentes son amenazados y un 63% recibe golpes. Los traslados de recinto también constituyen una situación de riesgo para los y las recluidos (as), factor que además es usado como amenaza. Respecto de mecanismos de denuncia a los que puedan recurrir los y las adolescentes en caso de vulneración de derechos, se corroboró que éstos son inexistentes o muy débiles, tales como cartas al director del Centro, buzón de reclamos u otros por el estilo.