El Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) expresó su preocupación por las graves consecuencias de la discriminación respecto al ámbito de las remuneraciones, el que afecta los derechos humanos de las mujeres, e hizo un llamado “tanto al Estado como a los legisladores a terminar con las brechas salariales y previsionales entre mujeres y hombres”, según los antecedentes de la institución en su Informe Anual 2017.
“Las brechas salariales entre hombres y mujeres se producen indistintamente de la actividad económica en que se desempeñen las mujeres, la categoría ocupacional donde se insertan, o los cargos y empleos a los que acceden”, advirtió Marcia Tijero, de la Unidad de Estudios del INDH.
“Los hombres ganan más que las mujeres para cualquier nivel de educación, en cualquier tipo de empleo y tanto en firmas grandes como pequeñas”, añadió.
De esta manera, la institución sostiene que las mujeres con estudios de postgrado reciben en promedio un 36,8% menos de ingreso que los hombres con el mismo nivel educativo, brecha que ha ido en aumento desde 2011. Se trata de un punto relevante, pues implicaría que frente a elementos objetivos que tenderían a mejorar las condiciones laborales de una persona, el factor discriminación es capaz de imponerse por sobre cualquier otra consideración. El INDH advierte que esto sucede a pesar de que desde 2009 rige la Ley Nº 20.348 sobre el derecho a la igualdad en las remuneraciones. El estudio también aborda la jubilación, apuntando que “las chilenas culminan toda una vida de discriminaciones y sesgos en el trabajo asalariado y doméstico, en la salud, la política y la cultura. Es la amarga guinda de una torta en cuya elaboración no participaron y que las discrimina de comienzo a fin”. A modo de ejemplo, indican que la pensión promedio de una mujer es de 100 mil pesos (menos que el salario mínimo), mientras que la de un hombre es de 157 mil pesos, según datos de la Superintendencia de Previsión Social de 2016. Todo ello, establecería un 37% de diferencia, “brecha que ha ido escalando sin pausa cada año, y que significa que, aunque ambos tengan ingresos por debajo del salario mínimo, las mujeres sean mucho más perjudicadas”. Según recalca el INDH, las mujeres tienen menos cotizaciones previsionales por dedicarse a labores domésticas y de cuidado no remuneradas, empleos precarios y vidas laborales interrumpidas. Ante tal realidad, el INDH recomienda revisar la normativa actual “con el fin de resguardar el derecho a la igualdad de remuneraciones, sin que el sexo sea un factor de discriminación”, e introducir elementos técnicos y financieros en la iniciativa que reforma el sistema de pensiones a fin de abordar las discriminaciones arbitrarias descritas, entre otras medidas.
En su Informe Anual 2017 el INDH también analizó la discriminación de las mujeres en el ámbito de la salud, en los medios, y hacia mujeres indígenas y migrantes.
“Las brechas salariales entre hombres y mujeres se producen indistintamente de la actividad económica en que se desempeñen las mujeres, la categoría ocupacional donde se insertan, o los cargos y empleos a los que acceden”, advirtió Marcia Tijero, de la Unidad de Estudios del INDH.
“Los hombres ganan más que las mujeres para cualquier nivel de educación, en cualquier tipo de empleo y tanto en firmas grandes como pequeñas”, añadió.
De esta manera, la institución sostiene que las mujeres con estudios de postgrado reciben en promedio un 36,8% menos de ingreso que los hombres con el mismo nivel educativo, brecha que ha ido en aumento desde 2011. Se trata de un punto relevante, pues implicaría que frente a elementos objetivos que tenderían a mejorar las condiciones laborales de una persona, el factor discriminación es capaz de imponerse por sobre cualquier otra consideración. El INDH advierte que esto sucede a pesar de que desde 2009 rige la Ley Nº 20.348 sobre el derecho a la igualdad en las remuneraciones. El estudio también aborda la jubilación, apuntando que “las chilenas culminan toda una vida de discriminaciones y sesgos en el trabajo asalariado y doméstico, en la salud, la política y la cultura. Es la amarga guinda de una torta en cuya elaboración no participaron y que las discrimina de comienzo a fin”. A modo de ejemplo, indican que la pensión promedio de una mujer es de 100 mil pesos (menos que el salario mínimo), mientras que la de un hombre es de 157 mil pesos, según datos de la Superintendencia de Previsión Social de 2016. Todo ello, establecería un 37% de diferencia, “brecha que ha ido escalando sin pausa cada año, y que significa que, aunque ambos tengan ingresos por debajo del salario mínimo, las mujeres sean mucho más perjudicadas”. Según recalca el INDH, las mujeres tienen menos cotizaciones previsionales por dedicarse a labores domésticas y de cuidado no remuneradas, empleos precarios y vidas laborales interrumpidas. Ante tal realidad, el INDH recomienda revisar la normativa actual “con el fin de resguardar el derecho a la igualdad de remuneraciones, sin que el sexo sea un factor de discriminación”, e introducir elementos técnicos y financieros en la iniciativa que reforma el sistema de pensiones a fin de abordar las discriminaciones arbitrarias descritas, entre otras medidas.
En su Informe Anual 2017 el INDH también analizó la discriminación de las mujeres en el ámbito de la salud, en los medios, y hacia mujeres indígenas y migrantes.
