Dra. María Victoria Peralta E., académica Universidad Central y Premio Nacional de Educación.
En relación con la tragedia que estamos viviendo en el sur de nuestro país por los incendios forestales, las noticias nos han traído permanente información sobre daños que se han producido, lamentando en especial las vidas humanas que son irrecuperables. En lo material, son tantas las pérdidas, que ha pasado un poco rápido, que ya se han quemado cinco escuelas, y seguramente habrá más.
Sin embargo, también hubo una noticia alentadora, que nos refuerza la solidaridad que los chilenos desplegamos en estas situaciones y también el valor que tiene la educación para las comunidades. En la escuela rural de Burca, en Alto Tomé, los vecinos, casi todos exalumnos, se unieron para salvar este pequeño establecimiento, quedando como una isla de esperanza entre pastizales y árboles quemados a su alrededor. En este caso, todos esos niños y niñas podrán asistir para continuar sus estudios, que es lo que se desea con el Plan de Reactivación Educativa del Ministerio de Educación.
Siendo alentadora esta noticia, preocupa la situación de las demás comunidades donde el fuego arrasó con las escuelas, casas y otros servicios locales y quizás con las esperanzas de luchar para una mejor vida. Esas familias y sus hijos van a necesitar como nunca el apoyo no sólo material, sino nuevamente el afectivo y social para superar su desaliento, su tristeza, su desánimo. Sin dudas esta nueva arista del tema de salud mental, se debe sumar a todo lo que se está pensando realizar en ese plano por parte del Mineduc, pero sobre todo lo que podemos hacer cada uno de nosotros.
No hay que esperar que venga la orientación oficial para acercarse a una comunidad, a una escuela a un jardín infantil, y preguntar cómo apoyar. Ello debe empezar a realizarse desde ya, el convertir esos espacios en lugares acogedores, gratos, afectivos, interesantes. Ayudar a las familias, niños y niñas a superar el temor, la pena, la desesperanza.
En ello, todos tenemos algo que hacer, las organizaciones civiles del área de la educación y el voluntariado de los estudiantes de educación superior de todo tipo de instituciones, debe empezar a movilizarse desde ya. Chile educa a Chile, debe ser una de las cruzadas a levantar ahora. El ejemplo de Burca, debe llevar a ampliar esa cruzada de amor de manera que todos nuestros niños y niñas, se sientan muy queridos, resguardados e interesados en progresar en sus estudios para un futuro mejor.
Dra. María Victoria Peralta E., académica Universidad Central y Premio Nacional de Educación.