Disparos a quemarropa, cuerpos tendidos entre hojas y un silencio sepulcral. En el juicio de los ataques contra Charlie Hebdo, el tribunal de París vio este lunes las escalofriantes imágenes del ataque de 2015 contra el semanario francés.
Son las 11:33 del miércoles 7 de enero de 2015 cuando los hermanos Chérif y Saïd Kouachi entran al edificio del semanario satírico, encapuchados y vestidos íntegramente de negro, y abaten a once personas en menos de dos minutos. Casi seis años después de la masacre, las fotos de la policía y las imágenes de las cámaras de seguridad proyectadas en una pantalla del tribunal especial de París, a cargo de juzgar este caso, dieron testimonio de la violencia de la agresión.
“Algunas de estas escenas pueden herir la sensibilidad de algunas personas”, advirtió el presidente del tribunal, Régis de Jorna, antes de que algunas de las partes civiles -incluidos supervivientes del ataque- salieran de la sala.
Entre los presentes se instaló un silencio pesado cuando el exjefe de la sección antiterrorista de la brigada criminal de París, Christian Deau, comenzó su descripción fría y clínica de las escenas del crimen.
Las fotografías, tomadas por los oficiales de policía cuando llegaron a las oficinas del semanario, son difíciles de soportar.
La primera muestra la puerta principal por la que entraron “los dos terroristas” antes de disparar al webmaster Simon Fieschi, que resultó gravemente herido en el ataque, detalla el investigador.
En una habitación contigua, el cuerpo de Mustapha Ourrad, corrector de Charlie durante 30 años, yace en un charco de sangre. La sala de reuniones no es más que una maraña de cuerpos, entre impresoras y hojas de papel.
“Ejecuciones”
“En total, se encontraron 33 casquillos de bala en el lugar del crimen, 21 de los cuales procedían del arma de Chérif Kouachi”, dijo el oficial antiterrorista, antes de detallar el número de balas que recibió cada víctima y su ubicación exacta.
El director de la publicación, Stéphane Charbonnier, conocido como Charb, “es el que más disparos recibió: siete en total”, desde “una distancia de menos de diez centímetros”, continuó Deau.
Algunos de los sobrevivientes que no salieron inmediatamente del tribunal terminan por abandonarlo, en lágrimas. En el banquillo de los acusados, detrás de un cristal, algunos de los imputados miran a la pantalla, otros al suelo.
La mayoría de los caricaturistas abatidos por los yihadistas muestran “trayectorias de disparos de atrás hacia adelante que sugieren ejecuciones”, añadió el policía con voz tranquila.
Las imágenes de las cámaras de vigilancia muestran a los asesinos tranquilos y decididos durante el ataque, pero también durante su fuga, durante la cual dispararon y mataron al policía Ahmed Merabet, que ya estaba en el suelo.
Después de intensos disparos con varias patrullas de policía, los atacantes de Charlie Hebdo abandonaron su vehículo robado, dos de cuyas ventanas fueron completamente destruidas.
Un documento de identidad de Saïd Kouachi fue encontrado en el vehículo, junto con todo un arsenal que dejaba pensar que iba a ser utilizado “para cometer otros ataques”, dijo Deau.
Desde el 2 de septiembre, 14 personas -tres de ellas en ausencia- están siendo juzgadas en París por haber brindado apoyo logístico a los autores del atentado contra Charlie Hebdo, que consternó a Francia y al mundo.
Los autores materiales del ataque fueron abatidos por la policía el 9 de enero en una imprenta al noreste de París en la que se habían atrincherado.
“Vamos a tener que traer algo de humanidad a este juicio porque lo que acabamos de ver es inhumano. Hemos visto máquinas de guerra”, dijo Caty Richard, abogada de la parte civil.