China, el país más poblado del mundo, sufrió en 2018 la primera caída demográfica en al menos 70 años, y eso a pesar del abandono de la política del hijo único, según varios expertos.
Los datos oficiales se conocerán este mismo mes, pero, sin esperarlos, el especialista Yi Fuxian, un investigador establecido en Estados Unidos en la Universidad de Wisconsin-Madison, estima que la población de China se redujo el año pasado en 1,27 millones de personas.
Una menudencia comparado con sus 1.390 millones de habitantes, más de 6,5 veces la población de Brasil, pero algo inédito en la historia de la República Popular China, fundada en 1949.
Después de que el fundador del régimen comunista Mao Zedong fomentara la natalidad, China instauró en 1979 la política del hijo único, a menudo criticada por su brutalidad.
Pero ante el envejecimiento de la población, el gobierno autoriza desde 2016 a todas las familias a tener dos hijos. El problema: ante el elevado costo de la educación, la sanidad y la vivienda, muchas parejas prefieren quedarse con uno sólo e inclusive ninguno.
Giro histórico
En consecuencia, el número de nacimientos cayó en 2,5 millones el año pasado, estima Yi Fuxian, en tanto las autoridades chinas esperaban un aumento de 790.000. El total de nacimientos, según él, debería ser de 10,31 millones en 2018.
En paralelo, el número de fallecimientos aumentó hasta los 11,58 millones, calcula el investigador, que basa sus datos en estadísticas locales.
El año pasado representa “un giro histórico para la población china”, explicó Yi Fuxian a la AFP y consideró que la tendencia puede ser incluso “irreversible”, dada la disminución del número de mujeres en edad de procrear.
“La población china ha empezado a caer por primera vez desde 1949, el problema del envejecimiento se ha acelerado y el dinamismo de la economía se ha debilitado”, señaló.
Las investigaciones de Yi se publicarán en un estudio realizado con el economista Su Jian, de la Universidad de Pekín, en base a cifras de la Comisión Nacional de la Salud.
Crisis demográfica
China entra en “una crisis demográfica”, se alarmó el economista Ren Zeping, del grupo inmobiliario Evergrande, cuando se espera que India supere en los próximos años a China como país más poblado del planeta.
La población en edad de trabajar (de 16 a 59 años) se redujo en casi 5,5 millones en 2017, sexto año consecutivo de declive, para establecerse en 902 millones de personas (65% de la población total).
Según proyecciones del gobierno, el número de personas de 60 años o más debería llegar a 487 millones en 2050, es decir el 35% de la población, contra 241 millones (17,3%) a finales de 2017.
La cifra de mujeres en edad de procrear retrocedería por su parte más del 39% durante los 10 próximos años, según He Yafu, un demógrafo independiente que considera verosímiles las proyecciones del profesor Yi.
Este último, quien criticó durante mucho tiempo la política del hijo único, insta ahora al gobierno chino a abolir el límite de dos vástagos por familia y a fomentar la natalidad con ayuda de generosos permisos parentales e incentivos fiscales.
Si el régimen comunista no interviene desde ya, advirtió, “la crisis del envejecimiento será más grave que en Japón y las perspectivas económicas todavía más sombrías”.