Michelle Salas, hija del “Sol de México”, contrajo matrimonio el pasado fin de semana con el empresario Danilo Díaz, en La Toscana, Italia. Tras una serie de rumores sobre su asistencia, el artista pausó su gira mundial para estar presente en el exclusivo y especial momento.
Durante la transmisión del programa mexicano “Ventaneando”, indicaron que las celebraciones se extendieron por tres días consecutivos: viernes 13, sábado 14 y domingo 15 de octubre. Según detallaron, la novia utilizaría tres vestidos y que el intérprete de “La incondicional” arribó en un helicóptero acompañado de Paloma Cuevas, su actual pareja.
El matrimonio acaparó la atención del mundo del espectáculo, en donde muchos se preguntaron si el cantante mantuvo la tradición de entregar a la novia en el altar. Sin embargo, pese a que muchos creían que así sucedería, no fue así, ya que el importante rol fue recogido por su madre, Stephani Salas. Pese a ello, padre e hija protagonizaron su momento especial, el cual habría ocurrido antes de que Michelle diera el “sí”.
“Justo antes de subir al altar, se han mirado, se han dedicado unas palabras… han vivido un momento muy íntimo y que yo creo que ha sido muy emocionante para los dos”, consignó la periodista Maxine Woodside en sus redes sociales y que habría sido revelado por el programa español “Fiesta” de Telecinco.
“Han estado charlando antes de reencontrarse. (Michelle) No ha ido de su mano (la de Luis Miguel) al altar, pero han tenido unas palabras y era importante para ellos”, agregaron.
La relación entre el “Sol” y su hija Michelle se ha desarrollado en la polémica. La joven nació cuando el artista tenía 19 años y se encontraba en el punto más alto de su carrera. Pese a que en su biopic Luis Miguel señala que intentó ser un padre presente, lo cierto es que no la reconoció legalmente hasta 2007, cuando Michelle cumplió la mayoría de edad.
Sobre sus experiencias conjuntas se conoce poco, pero sí se sabe que no son tan cercanos y que cuentan con un historial de altos y bajos, ya que suelen alejarse y reencontrarse continuamente.
