Gracias a “cámaras trampas”, se registró por primera vez la presencia de este pequeño marsupial entre Chaitén y Futaleufú, en la región de Los Lagos.
Un marsupial endémico de América del Sur, difícil de capturar y de hábitos nocturnos, que es reconocido como un “fósil viviente”, por ser el único representante vivo del orden Microbiotheria, grupo ancestral de los marsupiales australianos, fue fotografiado por ocho “cámaras trampas”, alcanzando 43 registros muy claros de su existencia entre Chaitén y Futaleufú, región de Los Lagos. El monito del monte o Dromiciops gliroides, se creía que solo se encontraba entre Cauquenes y Quellón, a ambos lados de la cordillera, restringido al bosque templado pero, un reciente estudio realizado por los investigadores Esteban Oda, Mauricio Soto y Roberto Nespolo, los tres del Instituto de Ciencias Ambientales y Evolutivas de la Universidad Austral (UACH); Gloria Rodríguez, de la Universidad de Chile, Francisco Fontúrbel, de la Universidad Católica de Valparaíso, actualiza a nivel mundial la información de ésta especie. “En este estudio presentamos los registros más australes de la distribución del monito del monte. Más allá de los límites de la Ecorregión de la Selva Valdiviana. Con esto se extiende en 100 kilómetros la distribución de especie hacia el sur”, comentó el investigador Esteban Oda, quién fue el primero en confirmar el hallazgo al revisar las memorias de las cámaras trampas. Luego de eso, tomó su teléfono muy contento y nervioso por el descubrimiento y avisó por WhatsApp al Dr. Roberto Nespolo, líder en la investigación de esta especie, quien compartió la alegría y coordinó al equipo para desarrollar nuevas investigaciones en la zona. “Fue una tremenda alegría” recordó Nespolo, docente del programa de Doctorado en Ecología y Evolución (UACH), quien explicó que el rango donde vive una especie representa el conjunto de factores bióticos y abióticos que permite su sobrevivencia y reproducción. Así, con esto se confirma la estrecha relación del Dromiciops gliroides con el microambiente proporcionado por el bosque templado lluvioso o “bosque valdiviano”. Es evidente -comenta Nespolo- que los registros históricos dependen del esfuerzo de los investigadores en llegar a zonas remotas. En este caso, es muy probable que ocurran nuevos hallazgos dado la extensión geográfica del bosque valdiviano. Para el monito del monte “la actividad comienza entre las 19 horas y termina a las 7 de la mañana, algo similar a lo que sucede en la Selva Valdiviana. Pero con una cúspide de actividad más estrecha”, contó el investigador, que también explicó que se desconoce cómo responden a los cambios de temperatura, la mayor cantidad de precipitaciones y noches más frías, al mismo tiempo hay diferencias en composición del bosque, lo que potencialmente cambia la alimentación de esta especie en los nuevos puntos identificados. Los investigadores recomiendan que continúen las exploraciones de esta especie ícono de la fauna chilena más allá del límite sur que se ha informado en la publicación y destacan para este propósito el uso de cámaras trampas. Estos hallazgos están enmarcados en un programa de investigación financiado por Fondecyt que aborda diversos aspectos de la distribución presente y pasada del monito del monte, resultados que preliminarmente sugieren que esta especie es más antigua de lo que se creía, y es indiferenciable de Microbiotherium, género fósil del Mioceno medio (hace 20 millones de años).