En el último mes, producto de la guerra en Ucrania, la economía mundial se ha visto enfrentada a un nuevo shock de oferta que perjudica el crecimiento económico del mundo y reaviva la presiones inflacionarias a nivel internacional.
Es frente a este panorama que el Grupo de Política Monetaria (GPM) en su reunión mensual recomendó al Banco Central por unanimidad incrementar la Tasa de Política Monetaria en 175 puntos base, para situarla en un nivel de 7,25%, manteniendo un sesgo contractivo para su próximo movimiento.
En la conferencia llevada a cabo por los expertos en materias macroeconómicas Carlos Budnevich, Tomás Izquierdo, Juan Pablo Medina y los académicos de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile (FEN), Guillermo Le Fort y Eugenia Andreasen, plantearon que el escenario global conformado por este conflicto internacional “incrementan la incertidumbre por sobre lo que ya era una perspectiva económica y financiera incierta antes del inicio de esta guerra”.
A raíz de lo anterior, y de este nuevo shock de oferta a nivel internacional, “se espera genere en el mundo desarrollado una reducción en el crecimiento económico a 3% e impulse un alza en la inflación la que se situaría en torno a 5% en el presente año”.
En tanto, a nivel nacional, los académicos señalaron que la inflación continúa mostrando un alza importante, situándose en febrero pasado en 7,8% en doce meses, producto un sobre calentamiento de la actividad económica interna, una importante depreciación del peso chileno en meses previos y en parte por mayores niveles de inflación a nivel internacional.
“Los propios estudios del Banco Central indican como el principal componente de los efectos inflacionarios que estamos viviendo en Chile a situaciones propiamente domésticas”, señala el académico Carlos Budnevich. En esa misma línea con el actual desborde inflacionario, el alza anual de los salarios nominales en enero 2022 mostró niveles récord que no se observaban desde hace más de una década (7,5% 12M).
Por otra parte, el comunicado señala que otro factor adicional que dificulta aún más la tarea de controlar los niveles de inflación proviene del riesgo que representa que las expectativas de inflación a 1 y 2 años plazo mantengan o aumenten su divergencia respecto del centro del rango meta de inflación de 3% anual.
“Un tema a tener en cuenta es que sigue habiendo una cierta presión latente, porque parte de los retiros todavía generan una gran liquidez que tienen los hogares y que se mantienen en los sistemas financieros”, comenta Eugenia Andreasen.
Si bien el crecimiento de la economía chilena ha ido desacelerándose desde mediados del 2021, alcanzando una expansión en enero de 2022 de 9,6% en 12 meses, la actividad no minera sigue creciendo al 11,5% anual y, hasta enero pasado, incrementándose trimestre a trimestre.
Es por todo el escenario antes expuesto y por la necesidad de contener pronto la creciente inflación y el eventual surgimiento de una espiral de salarios y precios, así como de romper el desanclaje de las expectativas de inflación, que el grupo de expertos recomiendan acentuar con prontitud el carácter contractivo de la política monetaria.