La Eurocámara debe pronunciarse sobre el proyecto de ley que busca adaptar a la era digital la legislación europea sobre derechos de autor de 2001, una época en la que la plataforma de videos YouTube, propiedad de Google, todavía no existía.
Google urgió este lunes a los eurodiputados a votar contra la reforma de los derechos de autor en la Unión Europea, que, según el gigante estadounidense, “sería nefasta para los creadores europeos en las próximas décadas”. La Eurocámara debe pronunciarse probablemente este mes sobre la adopción definitiva de este proyecto de legislación revisada, que la Comisión Europea presentó en septiembre de 2016. Esta reforma tiene como objetivo adaptar a la era digital la legislación europea sobre derechos de autor de 2001, una época en la que la plataforma de videos YouTube, propiedad de Google, todavía no existía. Los medios de comunicación y los artistas que quieren una mejor remuneración del uso de sus contenidos por las plataformas apoyan la reforma, a la que se oponen sin embargo los gigantes como Google y los partidarios de un internet libre. “Tras haber estudiado el texto final, estimamos que la directiva no ayudaría, sino que frenaría a los creadores y a las empresas digitales de Europa”, escribe el jefe de los juristas de Google, Kent Walker, en un blog. En su punto de mira está al Artículo 13 que responsabiliza a los sitios de intercambio de contenido (redes sociales, servicios de video en línea,…) del despliegue de una tecnología que filtre automáticamente los contenidos protegidos por los derechos de autor. Otro de los puntos de discordia es el Artículo 11, que crea un “derecho conexo” o “derecho afín” a los derechos de autor para la prensa, con el objetivo de que plataformas como Google News o Facebook remuneren mejor a los medios de comunicación (diarios, revistas, agencias) por los artículos que utilizan. La reforma “perjudica a los pequeños y nuevos editores y limita el acceso de los consumidores a una variedad de fuentes de información”, estima Walker, para quien esto “podría llevar a los servicios en línea a restringir la cantidad de información que presentan”.