Gonzalo Justiniano ya tiene lista su última cinta. “Cabros de mierda” se llama lo nuevo del cineasta nacional, director de “Caluga o menta” y “B Happy”, quien estrenará una cinta mitad ficción y mitad documental a mediados de año. Ambientada en los primeros años de la década del 80, la película es protagonizada por Natalia Aragonesse y Daniel Contesse, cuenta la historia de un misionero que en los años ’80 y en plena dictadura, llega a vivir a la población La Victoria, donde conoce a tres mujeres. Todas llamadas Gladys.

En el Festival Internacional de Cine de Lebu, Justiniano presentó un avance de la película y recordó algunos aspectos del registro. En 1983, cuando vino a filmar a Chile por encargo de la televisión francesa imágenes para un documental sobre los diez años de dictadura de Pinochet, Justiniano se instaló en la población La Victoria, donde se contactó con el sacerdote Pierre Dubois. Esas imágenes son el sustento documental que ocupó para crear “Cabros de mierda”.

“Hace cinco años ví el material y quedé muy impresionado. Cuando uno está inmerso en una realidad, se acostumbra a ella y, ahí con la distancia, lo que más me interesó ver fue cómo era la vida cotidiana, cómo se movía la sociedad chilena en esa época”, explica. “A través de este visitante vamos recorriendo situaciones que para los chilenos serán reconocibles, se recrea la vivencia y los códigos de ese tiempo, el miedo, el silencio, de no decir nada por miedo a que el vecino te pueda denunciar, la película tiene un lado dramático, pero también se maneja con el humor popular”, agrega.

Para Justiniano, el tema de la memoria es algo universal, en particular cuando una película trabaja sobre la emoción y logra conectar a toda una generación que vivió esa época a través de sus símbolos.

“Presentamos el trailer en La Habana y en Francia y la reacción fue la misma, de conexión. Aquí en Chile hay gente que dice qué hay que olvidarse, están traumados, no soportan la memoria porque no quieren acordarse y que nadie se acuerde, y es interesante tratarlos a ellos, en EEUU han hecho miles de películas de los cowboys y de la guerra de Vietnam porque los países y las sociedades se nutren del recuerdo. Hay unos cuantos pelotudos que tienen mucho poder y mucho karma, que no quieren que recordemos ni exploremos nuestra vivencia de esa época, pero ese es problema de ellos, hay siquiatras que tienen harta pega ahí”.