El gobierno de Haití decretó este domingo un estado de emergencia y toque de queda en parte del país, debido a la escalada de violencia y los ataques de bandas armadas a dos cárceles, que permitieron una fuga masiva de presos. 

A través de un comunicado oficial, desde el ejecutivo informaron que el estado de emergencia fue aplicado en el departamento Ouest, el cual incluye a la capital del país, Puerto Príncipe, y el toque de queda se realizará entre las 18:00 y las 05:00 horas locales, hasta el miércoles 6 de marzo. 

Además, indicaron que ambas medidas podrán ser prolongadas, y manifestaron que buscan “restablecer el orden y tomar las medidas apropiadas para recuperar el control de la situación”. 

En la misma línea, en el texto firmado por Patrick Michel Boivert, quien se desempeña como primer ministro en ausencia de Ariel Henry, señalaron que “las fuerza del orden han recibido el mandato de usar todos los medios legales a su disposición para que se respete el alto el fuego y detener a los infractores”. 

Según consignó Radio Biobío, el toque de queda no afectará a los miembros de la fuerza pública que estén de servicio, los bomberos, los conductores de ambulancias, personal sanitario y periodistas debidamente identificados. 

Por su parte, detallaron que la medida se tomó ante la degradación de la seguridad, en especial en la zona metropolitana de Puerto Príncipe, “caracterizada por actos criminales cada vez más violentos perpetrados por las bandas armadas que provocan desplazamientos masivos de población, y consistentes sobre todo en secuestros y asesinatos de pacíficos ciudadanos, violencia ejercida contra mujeres y niños, saqueos y robos de bienes públicos y privados”. 

Asimismo, mencionaron que los ataques contra las dos mayores cárceles del país, La Capitale y Croix des Bouquets, provocaron “muertos y heridos en las filas de la Policía y del personal penitenciario, la fuga de peligrosos prisioneros y actos de vandalismo de esos lugares”, lo que pone “en peligro la seguridad nacional”. 

Cabe destacar que desde el jueves de la semana pasada, bandas armadas comenzaron a atacar lugares estratégicos de la capital, argumentando que querían derrocar al primer ministro Ariel Henry, quien debía abandonar su cargo a principios de febrero.

En tanto, la ola de violencia ha generado un aumento del número de enfrentamientos entre la policía y las pandillas armadas, la intensificación de los tiroteos en los barrios y el incremento de la cantidad de muertos y heridos.