El ministro argentino de Defensa, Agustín Rossi, acusó este jueves a personal retirado de las fuerzas armadas, de seguridad y policiales que conformaron una “mesa de encuentro”, de organizarse para “conspirar y desestabilizar” al gobierno del presidente de centro-izquierda Alberto Fernández.
“Es un acto absolutamente inédito en la vida democrática del país. La presentación de una mesa de enlace es para disputar la conducción militar. Se presentan como una alternativa a la conducción militar oficial que son los jefes de las fuerzas armadas designados por el comandante en jefe, que es el presidente de la Nación”, declaró Rossi a radio AM750.
Por primera vez desde la recuperación de la democracia en 1983, un grupo de uniformados retirados conformaron una “Mesa de encuentro”.
Entre sus objetivos, incluidos en un manifiesto citado por los medios locales, el grupo de exmilitares se plantea participar del debate público sobre la “problemática de la Defensa Nacional y la Seguridad Pública”, aunque el orden interno en Argentina no es competencia de las fuerzas armadas.
“Claramente es una acción que busca conspirar, desestabilizar e intenta cuestionar el rol de la política de defensa que lleva adelante el gobierno”, advirtió el ministro, que es un civil.
Estela Carlotto, presidenta de la organización de derechos humanos Abuelas de Plaza de Mayo se declaró “preocupada e indignada” por la iniciativa, en un país donde la última dictadura (1976-83) dejó 30.000 desaparecidos, según organismos humanitarios.
“Esta gente no duerme y sigue soñando con el poder dictatorial. Empuñan armas y se creen que por eso pueden manejar el país”, dijo, aunque aseguró que “la gente joven que está en las fuerzas armadas tiene otros criterios y otra forma de pensar”.
A modo de lanzamiento, el grupo de exuniformados difundió el miércoles una foto sacada en la terraza de la sede de la Sociedad Militar Seguros de Vida (SMSV), una mutual de 120.000 afiliados, la gran mayoría militares retirados.
El impulsor de la iniciativa es el general retirado Ernesto Bossi, expresidente de la SMSV, y su sucesor en el cargo, el general retirado Daniel Reimundes.
“Bossi es un conspirador nato, ya fue denunciado en 2004, durante el gobierno de Néstor Kirchner (2003-2007) y antes, tras retirarse del ejército, participó del staff de la SIDE (servicio de inteligencia del Estado)” en 2000, dijo el ministro.
El militar en retiro rechazó los señalamientos en una entrevista con el diario Clarín.
“Desde el principio sabemos que una idea como la nuestra siempre genera desconfianza. Pero hay un cambio de actitud, no perdemos energía defendiéndonos de acusaciones que no tienen fundamento. No formamos parte de ninguna conspiración, ni por supuesto la alentamos”, dijo.
“Para nosotros el respeto a la Constitución y a todo el marco jurídico está fuera de discusión”, añadió Bossi.