El Palacio de Buckingham anunció este sábado que el funeral del Príncipe Felipe, fallecido el viernes a los 99 años de edad, será el 17 de abril a las 15:00 horas en la Capilla de San Jorge, en Windsor.
En esta ceremonia se “celebrará y reflejará” una vida de servicio de una forma apropiada en el marco de la pandemia de coronavirus, según recoge la cadena británica BBC.
Sólo treinta personas, incluyendo a sus cuatro hijos (Carlos, Ana, Andrés y Eduardo), sus nietos y otros familiares, podrán asistir al funeral, a causa de las reglas impuestas para controlar la pandemia de coronavirus.
El príncipe Enrique, que vive en California después de haber abandonado la monarquía el año pasado, acudirá a la ceremonia. Sin embargo, su esposa, Meghan, que está embarazada, no lo hará y se quedará en Estados Unidos, siguiendo el consejo de su médico, según informó un portavoz del palacio.
Para permitir “al mayor número de miembros de la familia posible asistir a los funerales”, el primer ministro Boris Johnson no asistirá, indicó su oficina.
Al comienzo de la ceremonia se guardará un minuto de silencio en todo el país.
El funeral tendrá lugar cuatro días antes del cumpleaños de la reina, que cumplirá 95 años el 21 de abril.
Su hijo mayor, el príncipe Carlos, declaró este sábado que tanto él como la familia real extrañan “enormemente” al príncipe Felipe, al que se refirió como “una persona muy especial”.
Carlos alabó su “destacado servicio dedicado a la reina, a mi familia y al país” y afirmó que su padre “se habría asombrado por la reacción y las conmovedoras cosas que se han dicho sobre él”.
Luto nacional
En el país, que inició un luto nacional que durará hasta el día siguiente del funeral, ya empezaron los homenajes.
Desde la Torre de Londres, a orillas del Támesis, los castillos de Edimburgo, Belfast, Gibraltar o los barcos de la Royal Navy, donde sirvió durante la Segunda Guerra Mundial, el retumbar de los cañones resonó desde el mediodía (11:00 GMT).
Esta salva, la primera de una serie de 41 (una por minuto), rindió homenaje al patriarca de la familia real británica, nacido en Corfú como príncipe de Grecia y Dinamarca y que tuvo una infancia errante por toda Europa.
Los príncipes Andrés y Eduardo visitaron el sábado a su madre Isabel II en el castillo de Windsor. “La reina ha estado fantástica”, dijo a los periodistas la condesa de Wessex, Sofía, esposa del príncipe Eduardo, al salir del castillo.
El príncipe Carlos la había visitado el viernes.
Conocido por decir lo que pensaba, el príncipe Felipe llamaba la atención por sus comentarios provocadores, a veces teñidos de racismo o sexismo.
Pero los británicos también recuerdan su incansable devoción por la monarquía, a la que contribuyó a modernizar y humanizar, y su presencia, en segundo plano pero indefectible, al lado de la soberana.
“Representaba la estabilidad, pero también la diversión, el sentido del humor, que a veces parece que hemos perdido”, dijo a la AFP Heather Bridge, de 65 años, cerca de la Torre de Londres.