“Empezamos con un reporte de la Unidad de Análisis Financiero (UAF) en octubre del año pasado y se me encomendó investigarlo. En sus inicios, el monto que comenzamos a indagar era importante, alrededor de 60 a 70 millones de pesos, pero jamás pensamos en ese momento que llegaríamos a esta cifra millonaria de los montos malversados que al día de hoy son más de $25.500 millones”, señaló.
Subrayó que “es una cifra que -lamentablemente- se avizora va a seguir creciendo. Fíjese que en marzo teníamos $16.000 millones, cuatro meses después, en julio, el monto malversado aumentó casi $10 mil millones más. Va a depender de los plazos de investigación a qué cifra final llegaremos”, indicó en entrevista con La Tercera.
Consultado si se trata de una mafia al interior de la institución uniformada, respondió que “el análisis de la prueba nos ha llevado a sostener, como hemos dicho en las formalizaciones, que al interior de Carabineros fuimos descubriendo una cultura en la que se malversaba dinero fiscal, que eso duró mucho tiempo y que esas prácticas ilegales, incluso, llegaron a heredarse de una generación a otra al interior de la institución, y eso tiene que ver con muchos factores, por ejemplo, los febles controles al interior de la institución y de quienes también estaban llamados a fiscalizar desde fuera”.
Además, el persecutor que se refirió por primera vez al caso señaló que el ex general director de la institución, Eduardo Gordon, y el actual director de Gestión de Personas, general Jorge Serrano, fueron interrogados como imputados, y afirmó que “por cierto, esta investigación no ha tocado techo, van a ser citado más generales, van a ir en aumento estas diligencias”.