Francis Ford Coppola ha pasado más de 40 años desarrollando su ambicioso proyecto “Megalopolis”, filme que se estrenará este viernes en el prestigioso Festival de Cannes. Sin embargo, su lanzamiento se ha visto opacada debido a las críticas que han surgido por parte del equipo de producción, quienes acusan al director de haber cometido acoso sexual contra extras de la película.
“Varias fuentes también consideraron que Coppola podía ser de la ‘vieja escuela’ en su comportamiento con las mujeres. Por ejemplo, supuestamente las jalaba para que se sentaran en su regazo. Según los testigos, durante el rodaje de una escena en un club nocturno, Coppola entró en el plató e intentó besar a algunas de las extras en topless y con poca ropa. Al parecer, afirmó que ‘intentaba ponerlas de buen humor’”, reveló una investigación del medio The Guardian.
El coproductor ejecutivo del filme, Darren Demetre, defendió a Coppola y excusó que lo hacía para “inspirar” y crear el ambiente” propicio para rodar las escenas. “Conozco y trabajo con Francis y su familia desde hace más de 35 años (…) Hubo dos días en los que rodamos una escena de celebración en un club al estilo de Studio 54 en la que Francis se paseó por el plató para establecer el espíritu de la escena dando abrazos y besos en la mejilla al reparto y a los actores de fondo”, declaró.
“Era su manera de inspirar y crear el ambiente de club, tan importante para la película. Nunca tuve conocimiento de ninguna queja de acoso o mal comportamiento durante el transcurso del proyecto”, añadió Demetre.
A la polémica se le suma el relato de fuentes anónimas, quienes confesaron que el cineasta desperdiciaba recursos y que la realización de “Megalopolis” fue tan “caótica” como en su tiempo lo fue la de “Apocalypse Now”.
“Fue como ver cómo un tren se destroza día tras día, semana tras semana, sabiendo que todo el mundo que estaba allí había dado lo mejor de sí mismo para ayudar a que esto se evitara”, indicó un miembro de la producción al tabloide.
“Creo que Coppola vive en un mundo en el que, como autor, él es el único que sabe lo que está ocurriendo y el resto está ahí para hacer solo lo que se les pide que hagan”, agregó otro trabajador.
Durante una escena, la cual se podría haber desarrollado en diez minutos, el director se negó a usar CGI y optó por recursos de la “vieja escuela”, utilizando un proyector y un espejo. Sin embargo, esto requería que su protagonista, Adam Driver, no se pudiera mover. De acuerdo con la investigación del citado medio, el actor habría estado “amarrado” por horas.
