Tras investigar de oficio este mercado, la FNE constató que el Reglamento Sanitario de los Alimentos establecía exigencias mínimas de calorías y de proteínas y de niveles máximos de fibra que no estaban en línea con los principales mercados internacionales.
Además, las exigencias no se justificaban de acuerdo a las condiciones nutricionales actuales de los niños chilenos, las cuales se sitúan en un contexto en donde prima la obesidad infantil por sobre la desnutrición, que era una preocupación nacional cuando se impusieron las exigencias del Reglamento Sanitario de Alimentos hace ya varias décadas.
Frente a esta situación, el 3 de julio pasado fue publicado en el Diario Oficial el Decreto N° 13 del Ministerio de Salud, que modifica el Reglamento Sanitario de Alimentos, incluyendo, entre otros cambios, una modificación actualizando el contenido nutricional de los alimentos infantiles.
Tras esta publicación, en un plazo de seis meses ya no será exigible una cantidad mínima de kilocalorías ni una cantidad máxima de fibra en los alimentos infantiles y, además, se verán modificadas las exigencias en su contenido proteico, tal como lo recomendó la Fiscalía Nacional Económica en mayo del 2017.
De esta manera, la normativa chilena se alineará con la existente a nivel internacional y dejará de ser un obstáculo para actores que no veían rentable modificar las recetas que utilizan en otros países para abordar un mercado pequeño como el local.
La mayor competencia derivada de este cambio normativo debiera redundar en una mayor variedad y calidad de los colados y picados en el mercado chileno, así como en una baja de los precios.