En horas de esta mañana la Iglesia confirmó que el papa Francisco aceptó la renuncia del arzobispo Ezzati y nombró como sucesor, pero en condición de “administrador apostólico sede vacante”, a Celestino Aós Braco, quien ejercía como obispo de la Diócesis de Copiapó.
En una ceremonia por el inicio del Año Pastoral 2019 realizada en el Colegio de los Sagrados Corazones de Alameda, Ezzati dijo agradecer “profundamente la decisión del papa”, que consideró “muy oportuna, por muchas razones”.
El cardenal recordó que su asunción al cargo en medio del escándalo Karadima, y en dicho contexto prometió investigar todas las denuncias por hechos similares; compromiso que afirmó haber honrado.
“Les puedo decir, con la frente muy en alto: (cumplí) lo que les prometí al iniciar mi servicio episcopal en Santiago, después de que había explotado el caso Karadima. Dije en esa oportunidad que ustedes podían confiar en que su obispo habría mantenido no solamente la frente en alto ante esto, sino que les aseguraba que todo, toda denuncia habría sido diligentemente investigada (sic)”, manifestó.
“Hoy día, al terminar mi servicio episcopal, les puedo decir la misma cosa. Con la conciencia muy tranquila y muy serena, les puedo decir que he sido fiel a esa promesa, más allá de las fragilidades de la lucidez y de la conciencia, que, a veces, tiene que ser muy iluminada para tomar las decisiones más oportunas”, reflexionó.