Un equipo de investigadores del gobierno de Estados Unidos y del fabricante de aeronaves Boeing llegó al lugar del mortal accidente ocurrido en el aeropuerto de Muan, en Corea del Sur, según informaron las autoridades surcoreanas.

Un miembro de la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos, tres expertos de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte y cuatro representantes de Boeing se unieron el lunes a los investigadores surcoreanos para determinar las causas del siniestro, en el que murieron 179 personas, de las cuales 174 ya habían sido identificadas.

“Los investigadores surcoreanos y estadounidenses discutieron el cronograma, los procedimientos y las áreas específicas de enfoque para la investigación”, declaró el jefe de política de aviación del Ministerio de Transporte, Joo Jong Wan, durante una rueda de prensa recogida por la agencia de noticias estatal Yonhap.

Las operaciones en el aeropuerto de Muan permanecieron suspendidas al menos hasta el 7 de enero, mientras se realizaban investigaciones ‘in situ’.

El avión siniestrado, un modelo Boeing B737-800, había operado un total de 13 vuelos en las 48 horas previas al accidente, incluyendo tres aeropuertos surcoreanos y destinos internacionales como Pekín, Bangkok, Nagasaki y Taipéi.

Esta cifra era particularmente alta, lo que suscitó dudas sobre un posible uso excesivo en un corto período de tiempo, a pesar de que la compañía de bajo coste negó que un fallo en el mantenimiento de su flota fuera la causa del accidente.

“Es difícil decir que este avión fue utilizado en exceso, ya que el mantenimiento regular se llevaba a cabo estrictamente de acuerdo con el horario programado”, afirmó el lunes uno de los responsables de la aerolínea, Song Kyung Hoon, en declaraciones recogidas por la mencionada agencia.