En algunas comunas de la Región Metropolitana las personas llevan más de cuatro meses viviendo el confinamiento físico en sus hogares desde que se instauraron las cuarentenas por el Covid-19. Actualmente, de acuerdo a lo que ha declarado el Ministerio de Salud, se empiezan a ver mejores cifras con respecto a los contagiados y la autoridad sanitaria anunció el paso a la fase 2 de Transición -este lunes- de siete comunas de la RM y de dos de Valparaíso en el marco del plan Paso a Paso.
Los habitantes ya están empezando a imaginar y planificar cómo será su vida después del desconfinamiento. Algunos de ellos están muy alegres y esperanzados, mientras que otros sienten miedo a salir de sus hogares ya que han encontrado en sus casas el mejor refugio para pasar la cuarentena.
En este contexto, habrá algunos que en vez de disfrutar el retorno a la calle, los lugares públicos, las plazas y los paseos, sentirán gran temor o rechazo a la idea de salir al exterior. A este fenómeno se le conoce en la psicología como el “síndrome de la cabaña”.
De acuerdo a los expertos, estas manifestaciones, que son similares a las crisis de pánico, son habituales en personas que han pasado mucho tiempo en situaciones de aislamiento.
Horacio Llovet, socio fundador de Nawaiam, empresa especializada en gamificación e inteligencia artificial para recursos humanos, dice que en el síndrome de la cabaña las personas experimentan el miedo de volver al entorno exterior, aquél en el que antes realizaban actividades diarias y cotidianas (salir a la calle, relacionarse con diferentes personas conocidas o desconocidas, hacer trámites, entre otros).
“Esto no se presenta como una enfermedad o trastorno psicológico, sino como síntomas referidos al espectro ansioso. Este síndrome puede presentarse generalmente en personas que se aislan por largos períodos de tiempo, que se encuentran solas y que tienen una tendencia hacia la ansiedad”, remarca.
Las individuos ante situaciones desconocidas –añade- suelen armar rutinas para poder enfrentarlas. Las prácticas de aislamiento excesivo ante el coronavirus sostenidas en el tiempo permiten sentir un mayor control que podría ser percibido como natural y traer efectos adversos, por ejemplo, el miedo a salir a las calles.
Algunos de los consejos que entrega Llovet apuntan a evitar la sobreexposición a información, debido a que puede contribuir a alimentar el pensamiento negativo y generar mayor ansiedad. No perder el contacto social y volver de forma paulatina a reencontrarse con personas conocidas son parte también de las recomendaciones.
De igual forma, sugiere salir, pero sin forzarse, es decir, hacerlo de manera gradual para ir acostumbrando nuevamente al cerebro a sentir seguridad y rechazar el temor. Según el experto, realizar actividades que gratifiquen es una buena acción ya que esto genera mayor motivación.
Recomienda reconocer el miedo y asumir que el riesgo existe. Tener conciencia de ello es importante para no llegar a la ansiedad o temor extremo. De todas maneras, para Llovet es recomendable solicitar ayuda y orientación de un profesional de la psicología en caso de no poder afrontar la situación actual.