Expertos del “Centro de cognición canina” de la Universidad de Portsmouth han encontrado “claras evidencias de que los canes mueven su cara como respuesta directa a la atención humana” mientras que no responden así frente a una comida sabrosa.
Esta diferencia sugiere que el perro adopta expresiones faciales diversas “para comunicarse y no sólo porque esté emocionado”, según un comunicado de la universidad.
Y si hay una expresión que predomina sobre el resto, al menos entre los perros usados para el estudio, es la de alzar la cejas, lo que hace los ojos más grandes, un gesto también llamado “ojos de cachorro”.
Los humanos “son especialmente sensibles a esa expresión” de ojos de cachorro, que puede asociarse a la tristeza, con lo que pueden generar mayor empatía o recordar a los de un niño
La autora principal del estudio, Juliane Kaminski, indicó que ahora pueden estar seguros de que las expresiones faciales de los canes “dependen del estado de atención de su audiencia y no es sólo resultado de que el animal esté emocionado”.
La experta señaló además la posibilidad de que las expresiones faciales de los perros “hayan cambiado como parte del proceso de domesticación”.
Los resultados del estudio “parecen apoyar la evidencia de que los perros son sensibles a la atención de los humanos y las diversas expresiones faciales son intentos potencialmente activos de comunicarse, no simples demostraciones emocionales“, agregó.
La mayoría de los mamíferos realizan expresiones faciales, que se consideran una parte importante de su repertorio conductual, aunque durante largo tiempo se ha asumido que son “involuntarias y dependen del estado emocional del animal antes que respuestas flexibles ante una audiencia”.
En el estudio se emplearon 24 perros domésticos de varias razas con edades de entre uno y doce años. Todos ellos fueron atados con una correa a un metro de una persona y se grabaron sus caras cuando la persona les miraba o si estaba distraída, entre otras situaciones.
Con un sistema de análisis de expresión facial de perros se analizaron los movimientos de los músculos de la cara de los animales.
Los perros domésticos tienen “una historia única, han vivido con los humanos durante 30.000 años y durante ese tiempo” la convivencia ha “influido en la capacidad de los perros para comunicarse con nosotros”, según Kaminski.
Por estudios previos ya se sabe que los canes domésticos se fijan en lo atento que está una persona (los animales robaban más comida si el humano tenía los ojos cerrados o estaba de espaldas).
Pero este nuevo estudio “da un paso en lo que entendemos por cognición canina. Ahora sabemos que los perros producen más expresiones faciales cuando los humanos les están haciendo caso”.
Hasta ahora se sabía que algunos simios pueden modificar su expresión facial dependiendo de la audiencia, pero no se había analizado de forma sistemática la capacidad de los perros de usar los gestos de la cara para comunicarse con los humanos.