Un análisis de estimaciones globales, regionales y nacionales, basado en datos recolectados desde el año 2000 hasta 2018, revela que el 24% de las adolescentes de entre 15 y 19 años que han estado en una relación, han experimentado violencia física o sexual por parte de su pareja masculina al menos una vez.

La investigación, publicada en Lancet Child & Adolescent Health y que abarca 161 países y regiones, también muestra que el 16% de estas adolescentes sufrió dicha violencia durante el año anterior.

El análisis se fundamentó en diversas fuentes, incluyendo la base de datos mundial sobre la prevalencia de la violencia contra la mujer de la Organización Mundial de la Salud (OMS), compilada mediante una revisión sistemática de encuestas y estudios poblacionales llevados a cabo entre enero de 2000 y diciembre de 2018.

Según la revista, la incidencia de violencia contra este grupo demográfico varía significativamente, desde un 3% en Georgia hasta un 49% en Papúa Nueva Guinea.

A nivel regional, Oceanía registró la prevalencia más alta de violencia a lo largo de la vida con un 47%, seguida por África subsahariana central con un 40%, África subsahariana oriental con un 31%, y Asia meridional con un 29%. Las regiones con las menores tasas incluyen Europa central (10%), Asia central (11%) y Europa oriental (13%). No obstante, incluso en estas regiones, aproximadamente una de cada diez adolescentes ha sido víctima.

Los hallazgos del estudio también señalan que los países con tasas altas de matriculación femenina en secundaria y aquellos con leyes de sucesión más equitativas entre géneros mostraron una menor prevalencia de la violencia de pareja. En contraste, los países con menores ingresos y sociedades donde prevalece el matrimonio infantil presentaron mayores tasas de prevalencia.

Ante estos resultados, los autores del estudio exhortan a implementar políticas y programas que promuevan la igualdad de género, incluyendo la educación secundaria para todas las niñas, igualdad en derechos de propiedad para las mujeres, y medidas contra prácticas dañinas como el matrimonio infantil.