Los pájaros carpinteros belloteros libran verdaderas batallas que duran días para ganar el territorio valioso que ha dejado alguno de su especie al morir, según un nuevo estudio publicado el martes que utilizó etiquetas de identificación por radiofrecuencia (RFID) para rastrear a las aves guerreras.
Los investigadores también descubrieron que otros individuos de la especie volaban desde kilómetros a la redonda para presenciar los enfrentamientos, recopilando una valiosa información social sobre las luchas por el poder.
El artículo fue publicado en la revista Current Biology y dirigido por Sahas Barve, un becario posdoctoral del Museo Nacional Smithsonian de Historia Natural.
“Cuando te acercas desde lejos a un árbol grande cuyo control está siendo disputado, primero oirás un montón de carpinteros belloteros llamando de manera muy particular y verás pájaros volando alrededor como locos”, relató.
“Si te acercas más, puedes ver que hay una docena o más de coaliciones de tres o cuatro pájaros peleando y posándose en ramas”, agregó, lo que significa que cada batalla puede involucrar a 40 o 50 pájaros carpinteros.
“Un grupo tiene que vencer a todos los demás para ganar un lugar en el territorio, lo que es realmente raro en los animales”.
Para dar sentido a las caóticas escenas, los científicos colocaron etiquetas RFID en los lomos de 36 carpinteros belloteros en California.
Los pájaros carpinteros luchaban por el control de los “graneros”, grandes estructuras de almacenamiento de bellotas que consisten en bellotas metidas en miles de agujeros individuales en la corteza del árbol.
Los graneros son valiosos lugares de apareamiento, que albergan a múltiples machos y hembras criadores y a sus crías.
Cuando muere un criador, los grupos cercanos de aves no criadoras forman coaliciones del mismo sexo de hermanas o hermanos para tratar de ganar el lugar vacante para el criador de su grupo.
Los datos de las etiquetas RFID mostraron que algunas aves regresaron durante varios días para enzarzarse hasta 10 horas en choques hostiles cuerpo a cuerpo, llamadas incesantes y luchas intensas que a veces fueron fatales.
“No pensamos que podría ser tanto tiempo porque tienen que estar lejos de su territorio de origen”, dijo Barve. “¿Cuándo comen? Todavía no lo sabemos”.
El equipo había planteado la hipótesis de que los pájaros carpinteros luchaban más duro por los territorios más cercanos a su hogar actual, pero descubrió que estaban en juego fuerzas sociales más complejas.
“Estas aves a menudo esperan durante años, y cuando llega el momento adecuado y tienen el tamaño de coalición adecuado, irán y lo darán todo para ganar un territorio realmente bueno”, dijo Barve.
El sofisticado comportamiento social también se observó en el hecho de que las batallas atrajeron a grandes multitudes de hasta 30 aves, algunas de las cuales viajaron hasta tres kilómetros para ser espectadoras. Acudían hasta una hora al día para ver las peleas, a pesar de que muchas ya tenían sus propios graneros.
Los investigadores infirieron que los beneficios de la información social es probable que sean mayores que el costo de dejar sus hogares desatendidos durante tanto tiempo.
Los carpinteros belloteros viven en estrechas redes sociales y conocen el lugar que comparten debido a sus frecuentes viajes a otros territorios.
“Si algo interrumpe eso, o si sucede algo extraño, quieren ir a verlo”, dijo Barve.