Angelo Onorato, esposo de la eurodiputada italiana Francesa Donato, fue encontrado muerto dentro de su vehículo con una abrazadera de plástico en el cuello el pasado sábado en la ciudad de Palermo, Sicilia.
Sentado en el asiento del piloto y con una mancha de sangre en su camisa, el arquitecto fue halladopor su esposa e hija a eso de las tres de la tarde. Onorato, de 56 años, salió por la mañana y durante las horas posteriores su familia le perdió el rastro. Preocupadas, Donato y su hija lo geolocalizaron por medio de su dispositivo IPhone.
De esta manera, el hombre fue encontrado en una localidad cercana a la autopista que lleva al aeropuerto, todavía con el cinturón puesto. “¡Me lo mataron!”, indicó la eurodiputada.
Por el momento, la policía local no excluye la hipótesis de homicidio, ni la del suicidio: Onorato podría haberse suicidado ejerciendo el mismo la presión sobre su cuello, aunque también pudo haber sido asesinado por alguien que se encontraba dentro del auto.
No obstante, dentro del vehículo no se encontraron huellas ni tampoco signos de lucha o violencia que expliciten que la víctima se habría defendido. A esto se le suma que las cámaras de seguridad evidencian que ningún automóvil se detuvo cerca del Range Rover del arquitecto, ya que los coches filmados pasaron en un tiempo incompatible con una detención, recogió Emol.
La hija de Onorato, Carolina, al igual que su madre, mostró su convicción de que se trata de un asesinato: “Mi padre no se suicidó. Era una persona que nunca hubiera dejado a su familia de esta forma y, sobre todo por cómo yo misma junto a mi madre lo hemos encontrado, les digo que no fue un suicidio, sino un homicidio”.
“Que nadie se atreva a decir y ni siquiera a pensar que se haya suicidado”, agregó.
La noche anterior, Onorato participó junto a su esposa en una fiesta en un club de tenis de Palermo, donde según testigos se les vio serenos. No obstante, antes de ser hallado muerto, le confesó a un pariente: “Voy a resolver un tema, de buena forma espero”.
La clave del caso podría encontrarse en una carta que el arquitecto le habría dejado a su familia, donde señala que su abogado y contador habría sido el único en estar al tanto sobre una compleja situación económica relacionada con deudas, que ponían en riesgo su vida: “El abogado sabe todo y conoce la situación, si me pasa algo, hablen con él”, dice el escrito.