Detrás del pedante intelectual de mirada esquiva que estremecía a saltimbanquis y cantantes de boites en “Cuánto vale el show” preguntándoles: “¿quiere ganarse un libro?”, habitaba este otro viejo afable, que llamaba a sus amigos escritores el sábado por la mañana para decretar el estado de la narrativa.

Entre risas y tallas sin piedad, algunos de estos amigos notaron que Enrique Lafourcade empezaba a olvidar cosas a y a repetir otras. Estaba desarrollando el alzheimer que padeció en los últimos años en la ciudad de Coquimbo donde se asentó y falleció este lunes a los 91 años.

Alejado del mundo literario los últimos 15 años, Enrique Lafourcade, autor de “Palomita Blanca”, la novela chilena más vendida en la historia, es recordado por seis de sus cercanos en su justa medida de creador, provocador y agente de cambio de la tontera local.

• Oscar Contardo, escritor y columnista. Autor de “Rebaño” y “Siútico”:

Enrique Lafourcade se merecía un obituario de escritor, no uno de figura de TV. En su trabajo y biografía se cruza la escena cultural de la segunda mitad del siglo XX chileno. Más allá de si era simpático, polémico o lo que sea, es parte de la historia del país. No lo digo como seguidor, ni como fan. Nunca me deslumbró, no lo conocí, apenas leí unas 4 novelas de él, pero si sé distinguir mis gustos y simpatías del valor que tuvo en la escena cultural chilena. Y ese valor no estaba en sus apariciones en TV.

• Rafael Gumucio, escitor, académico autor de “El galán imperfecto” y “Memorias prematuras”:

Yo le tenía cariño a Enrique Lafourcade. Fue conmigo siempre muy generoso. Antes tuve miedo de convertirme en él, pero ahora que lo pienso no me parece un mal destino. Fue la primera persona en Chile que decidió vivir para ser escritor y ser escritor para vivir. Un cronista notable, gran amigo de Nicanor Parra, sin tener ninguna simpatía por la Unidad Popular terminó por jugársela contra la dictadura. Era un “pesado simpático” al que le gustaba asustar a los extraños por timidez.

• Leo Caprile, periodista. Animador de “Cuánto vale el show”:

Él daba la impresión de ser una persona muy severa y muy adusta. Una característica que trasladó a la pantalla con un condimento especial: sus conocimientos literarios y de las bellas artes los usó para desenmascarar el vacío cultural que había en Chile y que persiste hasta hoy. Usaba la pregunta capciosa para descolocar a los participantes del programa. Por alguna razón esa cultura que él transmitía, le dió un carácter de culto al programa. Transformó al “Cuánto vale el show” en un clásico en sí mismo. El de Lafourcade es un aporte indiscutible a la TV, aunque él era totalmente antitelevisivo: muchas veces llegaba al canal con un paraguas para cubrirse de la luz del set. Lo hemos definido como el “Campeón nacional del nado conta la corriente”.

• Antonio Skármeta. Escritor ganador del Premio Nacional de Literatura, autor de “Ardiente paciencia” y “La danza de la victoria”

Enrique Lafourcade era un agitador cultural ademas de escritor, le interesaba que la cultura circulara públicamente y no se quedara en las bibliotecas de los escritores. Hacía despliegue de una personalidad expansiva y trataba de popularizar la literatura. Incluso la suya, que era más sofisticada pero dio paso a rasgos más populares como en “Palomita Blanca”. Él prácticamente fue quien bautizó a su generacion como la generacion del 50 contrastándola con la anterior

• Pía Barros, escritora feminista autora de “Signos bajo la piel” y “Miedos transitorios”:

Su taller fue un hito. Peleé con él a muerte y gracias a eso, armé mi propio taller. Si no fuera por Lafourcade, yo no habría tenido este oficio y siempre lo recordamos cuando nos encontrábamos. Fue generoso, y a pesar de las cagadas que le dejamos en su casa, a Pedro (Lemebel) y a mí nos invitaba a sus cenas y fue amable, peleador y cariñoso. Un personaje ineludible en la vida literaria del Chile de los 80.

• Luciano Ojeda, encargado de los Premios Municipales de la Municipalidad de Santiago y Estudiante de Periodismo UAHC:

Se le recordará como prolífico novelista, antologador, animador de toda una generación, crítico mordaz, panelista jurado de un show de televisión ochentero, además de cronista mercurial. Todo un personaje mediático, multifacético y polémico. Contemporáneo de Guillermo Blanco, José Donoso y Jorge Edwards y muchos más, animó la vida literaria nacional, al punto que algunos le endilgan la “invención” de la Generación del 50. Autor de la que ha sido considerada la “Love story chilena” por su descripción de las vicisitudes de los jóvenes del país a comienzos de la década del 70. Aunque ya no escribía, Enrique Lafourcade, vivió su senectud en la costa de la región de Coquimbo, bajo la sombra del polémico personaje mediático que construyó durante décadas para sí mismo, esperando como muchos, que la lectura de sus libros y la crítica literaria fuesen más relevantes que la revisión del personaje polémico.

https://lanacion.cl/2019/07/29/a-los-91-anos-muere-escritor-enrique-lafourcade/