Ricardo Ibáñez, abogado socio fundador defensadeudores.cl.
El impacto financiero causado por la pandemia comienza a exhibir sus más devastadoras consecuencias sobre la economía de quienes viven en Chile. Solo en el primer bimestre del año, por ejemplo, nuestra firma ingresó más de cien quiebras a los tribunales y estamos en tramitación de más de 800 causas para el próximo período.
Proyectamos que acompañaremos más de tres mil procesos de este tipo, de personas naturales y pequeñas y medianas empresas, en el transcurso de 2022. Tres mil sueños rotos por una crisis que no distinguió entre ricos y pobres, y que refleja que este será un año especialmente complejo.
Y es que, pese a las diversas medidas de contención dispuestas por el Gobierno durante los últimos dos años, vemos que estos apoyos tuvieron resultados insuficientes en la realidad. Muchas de las pymes beneficiadas por créditos a tasas preferenciales o ingresos de emergencia terminaron por sucumbir ante el drástico cambio del escenario económico.
No es posible tapar el sol con un dedo y ni siquiera el uso de los retiros del 10% de los fondos previsionales logró evitar el colapso en los bolsillos. En buen chileno: ya no hay a qué echar mano. Se desató lo que denominamos la “crisis de los inocentes”, o dicho de otro modo, empresas y ciudadanos que nunca lo pensaron se vieron enfrentados a una situación financiera tan crítica.
A diferencia de otros descalabros económicos, la crisis post Covid-19 se ensañó con quienes, antes de marzo de 2020, tenían negocios con ventas constantes, trabajos estables o ingresos pujantes. Personas con vidas tranquilas que, de un minuto a otro, por la forma en que se desarrolló la pandemia (con sus restricciones y confinamientos masivos), vieron derrumbarse sus sueños sin otra alternativa que la quiebra.
La situación afecta tanto a personas naturales como a empresas de todos los tamaños, sobre todo pymes, las que equivalen a casi un quinto de la economía chilena. En un contexto marcado por el alza de la inflación, el aumento de las tasas de interés y el término de las ayudas estatales, las pymes son las que sufrirán las mayores consecuencias negativas.
Muchas de ellas debieron bajar la cortina por deudas millonarias con proveedores, generalmente otras pymes, dejando sin fuentes laborales desde el primer al último trabajador. El llamado es a enfrentar con sentido de realidad los acontecimientos y no seguir aumentando el hoyo financiero, poniendo en riesgo patrimonios familiares para revertir lo ocurrido en los últimos 24 meses.
Con un sistema que apostó por cuidar sus propios intereses y medidas macroeconómicas enfocadas en controlar el fenómeno inflacionario (lo que continuará profundizando el impacto de la crisis), el riesgo del sobre endeudamiento y la morosidad está a la vuelta de la esquina.
El llamado es a informarse sobre las alternativas legales, en especial en el caso de las pymes, tratando de rescatar, bajo la figura de la reorganización financiera aquellas firmas que todavía son económicamente viables; u optando por la liquidación voluntaria para aquellas golpeadas de forma irreversible.
Ricardo Ibáñez, abogado socio fundador defensadeudores.cl.