Los restos de la leyenda Diego Armando Maradona fueron sepultados el jueves en una ceremonia íntima en un cementerio en la periferia de Buenos Aires, tras una jornada de despedida caótica cargada de incidentes en la ciudad y mensajes de congoja de todas partes del mundo.
Bajo un fuerte dispositivo de seguridad, con tropas antimotines flanqueando las puertas del cementerio Jardín Bella Vista, al noroeste de la capital, un grupo muy reducido de amigos íntimos y familiares, entre ellos su exmujer Claudia Villafañe y sus hijas Dalma y Giannina, dieron su último adiós al ídolo indiscutido y venerado en todo el mundo del fútbol.
“Es un momento muy difícil y muy íntimo para la familia”, dijo a la AFP un allegado de la familia que habló bajo anonimato.
En este cementerio privado también están sepultados los restos de los padres del “Pibe de Oro”, conocidos como Doña Tota y Don Diego.
“Estoy que reviento de emoción. No puedo creer que después de conquistar el mundo, Diego eligiera venir a descansar acá a Bellavista”, dijo, entre lágrimas, Luis Casas, un mecánico de 56 años, que se colgó de la reja de una casa para ver pasar la caravana fúnebre.
El velatorio público en la Casa Rosada finalizó una hora y media antes de lo previsto, ante una serie de incidentes en los patios internos de la casa de Gobierno y en distintos puntos de la ciudad, protagonizados por varios de los hinchas que hicieron filas de más de ocho horas para despedirse del “10”.
En los alrededores de la histórica Plaza de Mayo de Buenos Aires, se agolparon miles de fanáticos descontrolados que se negaban a abandonar el lugar, pese a la crisis sanitaria por la pandemia del coronavirus. La policía reprimió con balas de goma y gases lacrimógenos a grupos de personas concentradas en las principales arterias céntricas de la ciudad. Algunos se defendían con piedras y botellas.
El velatorio y entierro ocurrieron en el mismo día por pedido expreso de su exmujer Claudia Villafañe, pocas horas después de la muerte, a los 60 años, del campeón mundial.
La familia aceptó alargarlo unas horas más pero, ante el caos, lo acortó. “Fue la decisión de Claudia. Se cagó en todos”, dijo el allegado de la familia.