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“El silencio de los malditos”: La historia real censurada en la T.V. que se convirtió en novela

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La crónica roja chilena no solo está escrita por los criminales o delincuentes comunes que cometen estos viles actos. Entre sus páginas también han tomado lugar aquellos que se han atrevido a contar esas historias, a entrevistar a quienes se atrevieron a cruzar la línea de la legalidad.

El periodista Carlos Pinto fue uno de los primeros en ingresar a las cárceles y llevar a la televisión las historias más oscuras y sangrientas contadas por sus protagonistas. Así fue como el programa “Mea Culpa” pasó a ser uno de culto y que Pinto se convirtiera en un celador de distintos relatos.

Es de mano de uno de ellos con los que el periodista, ya alejado de la televisión, hace su debut literario, con la historia que no logró llevar a la pantalla chica, pero lo atormentó por años.

“El silencio de los malditos” es la historia -basada en hechos reales- de dos personas de realidades distintas durante la dictadura, y que por distintas razones se ven envueltos en horrendos casos de muerte y tortura.

Personajes como Augusto Pinochet, Salvador Allende, Ingrid Olderock y algunas casas de tortura aparecen en estas páginas que ya se han ganado el respeto de la crítica.

En un relato sólido y directo, Pinto cuenta una historia real, pero novelizada. Se trata de una historia que no logró llevar a la televisión, fue previamente censurada, explica el periodista, la misma que fue rescatada después de cerca de cuatro horas de entrevista con el autor confeso de un terrible crimen.

Nada es blanco o negro

Hay una humanización del criminal ¿Cómo fue ese desarrollo del personaje? Tiene que ver con la posición que siempre he tenido hacia el humano. Más allá de los delitos o los crímenes, que estén libres o en la cárcel, mi trabajo siempre ha sido hablar con personas, no hacer acento en el hecho que es resultante de otras cosas.

Instala como idea fundamental deambular desde ese ámbito e ir demostrando esta tendencia de querer creer que nadie tiene el mal anidado en la cabeza. La maldad parece ser un compendio de situaciones que el entorno va a determinando en el transcurso de las vidas.

Descubre la razón para caer en maldad

Tiene que ver con la domesticación de la bestia que somos como seres humanos y en esa idea somos mejores, creamos escalas de valores y eso tiene que ver con la educación, con muchas situaciones de un individuo que está situado en una vida mejor que la de otros. No digo que la pobreza sea igual delincuencia o maldad, por el contrario, pero a la gente pobre le cuesta mucho más porque las oportunidades les son escazas.

¿Cómo define a Eugenio Loyola? Protagonista de la historia y que confiesa un horrendo crimen.

Las miradas sobre los seres humanos nacen desde las oportunidades que tiene. Partamos de la base que es un analfabeto, que no estudia, que se da a la vida como pretexto de buscar a su padre y la calle pasa a ser su educación y la supervivencia la obtiene mediante el hurto. Las oportunidades que se les va ofreciendo a él, prácticamente, narran en lo que se convierte: un profesional de la delincuencia. Eligió un camino antisocial que lo condiciona que lo lleva a vivir largos periodos en la cárcel y a convertirla en su hogar.

Está dominado por el entorno. Él tiene escala de valores, tiene una escala de ética a ratos, pero él camina por la vida con lo que tiene, con lo que logró, pero aprende a leer bajo circunstancias impensadas.

Gran parte de la historia ocurre en centros de tortura o con relación a la política de los 80. ¿Por qué situarse en esa época?

No pasa por una decisión del autor o algo parecido, pasa en la vida de los protagonistas. Son dos vidas que caminan en forma paralela y finalmente comienzan a intrincarse, pero así fueron, no es que haya querido instalar delitos relacionados con ellos (centros de tortura), hablamos de un profesional de la medicina y su historial real es la que aparece en el libro.

Este es un libro que más allá de los crímenes, de lo policial, es de opciones, de dos hombres que toman caminos que lo llevan a este destino “maldito”.

De ahí el libro recibe su nombre, los malditos y el caminar en silencio que tienen. En realidad, el libro tiene una comunión de personas que entran en esa área, que no se salvan y que están ahí, deambulando en el lado oscuro de la mente y la vida.

Los protagonistas son parte de la historia real, no hay azar. No llegan a esto por elección, es por la realidad.

Es una historia más que cruda.

La interpretación de lo que pasó en el centro de tortura de este personaje, es muy fuerte, toda la situación carcelaria lo es, pero tiene que ver con los protagonistas, nunca sale de ahí y eso es parte de la frigidez del relato. Todos esos elementos son superados con lo que busca la novela, ponernos en una disyuntiva o una reflexión sobre el mal, dónde está y porqué se produce.

La historia se conoce por medio de entrevistas con el verdadero criminal en la cárcel, aun así no logró llevarla a la televisión. ¿Frustración o oportunidad?

Efectivamente estamos ante un personaje más vilipendiado y tratado por la prensa como un gran notición en una época oscura y que empieza a hacer una gran idea y luego una frustración. Trato de proyectar una historia que en el fondo, la televisión lo rechaza por claras razones, diría que por una censura previa, que no es tan censura, porque no se alcanzó a gestar el caso. Se entendía que no era encomendable, y no se hizo. Eso significó un gran esfuerzo para entender que había una gran historia y que no se pudo hacer mucho. Ahí se me ocurrió hacer un libro. Me la jugué para que tomara vuelo sin que develara nada, o que no es el apetito para buscar identidades para horrorizar el libro.

La agenda de Carlos Pinto es cada vez más abultada. La llegada a las librerías le significó volver a encontrarse con la televisión, pero ahora de cara al entrevistador. Y así cómo llegó este libro, el periodista ya piensa en su segunda aventura literaria.

“Esta novela ha tenido un buen recibimiento, pero más allá de eso me importaba generar un grado de validez en el género y eso se ha ido dando, porque el libro ha tenido muy buenas críticas y la gente ha comenzado a aceptarlo. Quizás esperaban un libro policial, una historia más pensada en televisión más bien narrada. No. Encuentran una quehacer novelístico que tiene la función que 2+2 no sea 4. Eso es lo que buscaba”.

Pinto confidencia que tiene tres historias que podrían convertirse en su próxima novela, pero tiene un desafío: asumir la rutina del escritor y su disciplina.
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