Un incómodo momento vivió la presidenta de la Unión Demócrata Independiente, Jacqueline van Rysselberghe, cuando llegó a sufragar en el Centro Integrado de Educación Diferencial de Concepción.
Dos vocales de su mesa se rehusaron a atenderla al momento de su llegada, obligando a que otras dos personas debieran realizar el proceso durante las elecciones de este domingo.
“Se ha ido perdiendo un poco la importancia de lo que significa votar. Yo creo que un país que no cuida su democracia es un país que finalmente se va deteriorando en su calidad de vida”, reflexionó tras el incidente la senadora, según consignó Cooperativa.
“Ojalá esto no sea mayoritario y la gente participe; tenemos muchos derechos y muchos deberes y uno de ellos es participar, y si a uno le toca participar como vocal de mesa, ojalá tengamos la voluntad de hacerlo para poder cuidar la democracia que hemos construido entre todos“, agregó.
Respecto al hecho en específico, comentó comprensiva: “No sé si es una falta de respeto, quizás tenían sus razones. Yo no soy quién para juzgar“.
Consultados por su actitud, los vocales habrían manifestado su rechazo a las políticas impulsadas por la presidenta del gremialismo, por lo que decidieron no atenderla, darle la espalda y situarse a un costado.
Dos vocales de su mesa se rehusaron a atenderla al momento de su llegada, obligando a que otras dos personas debieran realizar el proceso durante las elecciones de este domingo.
“Se ha ido perdiendo un poco la importancia de lo que significa votar. Yo creo que un país que no cuida su democracia es un país que finalmente se va deteriorando en su calidad de vida”, reflexionó tras el incidente la senadora, según consignó Cooperativa.
“Ojalá esto no sea mayoritario y la gente participe; tenemos muchos derechos y muchos deberes y uno de ellos es participar, y si a uno le toca participar como vocal de mesa, ojalá tengamos la voluntad de hacerlo para poder cuidar la democracia que hemos construido entre todos“, agregó.
Respecto al hecho en específico, comentó comprensiva: “No sé si es una falta de respeto, quizás tenían sus razones. Yo no soy quién para juzgar“.
Consultados por su actitud, los vocales habrían manifestado su rechazo a las políticas impulsadas por la presidenta del gremialismo, por lo que decidieron no atenderla, darle la espalda y situarse a un costado.
