Diez cuentos donde se cruzan la penumbra, el misterio, el horror y el miedo conforman el libro “El día más salvaje”, última entrega del periodista y escritor Juan R.Chapple (49).
Editado por Libros de la Medianoche, la obra de 157 páginas lanzada en noviembre del 2021, es cautivante e introduce al lector en un mundo de fantasía, de oscuridad, en las profundidades de la vida misma. El texto ganó el Concurso de Creación Literaria del Fondo del Libro y la Lectura (2017).
El periodista, que trabajó varios años en prensa escrita de alcance nacional, es autor además de “Vertederos” (Calabaza del Diablo, 2005) y del libro de prosa poética “Un astro umbrío en el pérfido día brillante” (Calabaza del diablo, 2014). “Memorias de un corazón de fuego” (2017), libro del género referencial, es su última obra publicada. Asimismo, en el ámbito de la publicación privada, ha escrito una serie de biografías familiares.
“El día más salvaje” atrapa a los lectores, según los comentarios que ha recibido. “El otro día me decían desde una librería que había entrado una niña de 11 años a comprar el libro; directamente, existe hoy una masa lectora juvenil, que le da tres chirlos a sus propios padres no lectores, que no han agarrado un libro desde el colegio, y esas realidades se nos escapan”, relata.
UN HOMENAJE A EDGAR ALLAN POE
¿De dónde extraes los contenidos para dar vida a estos cuentos, que exploran el lado oscuro de la vida y que junto a estar bien escritos estremecen y activan el vértigo?
-En parte son sueños, en parte búsqueda literaria, en parte también tienen mucho de realidad. Y creo que tienen una vertiente que me gusta explorar en todos mis libros que es el camino de las hibrideces. Acá, lo político se da la mano en muchos cuentos con lo fantástico, porque no concibo un fantástico latinoamericano que no tenga estas amalgamas. Pero ojo, no es que lo político o social, nuestra historia supedite los cuentos a la elaboración literaria o a la irrupción de lo fantástico, sino que aquello va pasando orgánicamente, creo yo, en los relatos. Ahora bien, eso no ocurre en todo el volumen y es bueno que así suceda también, pero se puede ver con mayor claridad en relatos como El día más salvaje, Defenestraciones, El dios del desierto, El mundo y el viento y La música del paraíso, que es derechamente una alegoría dictatorial, así como El día más salvaje puede llegar a ser una alegoría del estallido, pero en clave animalista, eco tremebunda, podríamos decir, aunque tampoco fue un cuento pensado en ese contexto exactamente, pues ha sido escrito siete años antes. Tal vez, otra vez, una premonición, un sueño. Creo mucho en los campos alucinatorios que te da la imaginación y que de repente, se convierten en una realidad…
Añade: “Por otro lado, hay un cuento clave en el volumen, a mi modo de ver, que es el homenaje que le hago a Edgar Allan Poe y su Hombre de la multitud, donde establezco puentes con mi Aquellos en la multitud, pues Poe nos da una mirada, oscurísima, sobre el hombre del mañana en plena revolución industrial inglesa (el cuento está ambientado en Londres) y yo he pretendido llevar aquello, al avistamiento del monstruo, a la sociedad de hoy, donde los principios que esgrime el narrador de Poe se han llevado al extremo. Pero existen otros cuentos, como Pies, que son un viaje del imaginario.
No son textos fáciles de leer, ¿a qué público están dirigidos?
-No sé si no son fáciles de leer, y no van dirigidos a ningún lector en específico. A veces uno tiene preconcepciones: son textos para adultos, pero resulta que hoy estamos un poco perdidos con las lecturas de los más jóvenes también. El otro día me decían desde una librería que había entrado una niña de 11 años a comprar el libro; directamente, existe hoy una masa lectora juvenil, que le da tres chirlos a sus propios padres no lectores, que no han agarrado un libro desde el colegio, y esas realidades se nos escapan. Yo diría que este es un libro no solo para aquel que le gusta lo oculto o lo fantástico, sino para aquel que le guste que la literatura no solo sea un bonito cuento, sino que le remueva las ideas, que le quite el sostén de sus certezas, que le haga tambalear la cordura y el sentido de lo que entendemos por lo racional, y para aquell@s que tengan el goce por la palabra como una de las inquisiciones cuando toman un libro.
¿Cuál es tu objetivo con esta obra con la cual debuta el sello Libros de la Medianoche?
-En primer lugar, agradezco un montón también el alcance y apoyo que le ha dado a la obra el sello y también a Ocholibros Editores, partners potentes que han llevado al volumen a otro estadio dentro de la distribución y alcance que puede tener el mismo, algo no muy nombrado, pero importantísimo en lo que dice relación con cómo surfea la ola de la edición un libro. Derechamente, contestando tu pregunta, el libro se ganó el Concurso de Creación Literaria del Fondo del libro y la Lectura y quiero dar las gracias por la oportunidad. El objetivo, como toda literatura, es que de la entretención (un gran objetivo de toda literatura, pero no el único) pasemos al pensamiento, que del pensamiento lleguemos, ojalá, a la revelación, y que desde esta arribemos a una especie de iluminación. Eso es lo que pretende, pienso, toda buena literatura o la que se quiera preciar de tal. Al mismo tiempo, establecer una conexión con ese lector que no conoces, y que el texto te diga cosas importantes sobre ti, y sobre el mundo que habitas, aún si esas cosas son oscuras. Junto con ello, que el libro no se agote en una lectura, y que sus distintas capas, sobrevivan y te den nuevas iluminaciones y goce, placer de leer en el tiempo.
“Chapple logra desenmascarar al Santiago luminoso y moderno para encerrarnos en una ciudad siniestra y devastada”, dijo la Revista Rolling Stone. ¿Una suerte de premonición quizás?
-Mi primer libro y novela, Vertederos, desde donde está extractada esa cita, y que fue reproducida en el periódico La Nación de Buenos Aires, es un libro que también monitorea eso: la ruina, la debacle. No es que me solace en eso, pero los signos de aquello están muy claros: hiperendeudamiento, insatisfacción total por el trabajo (no solo por el sueldo recibido, asunto al que normalmente se reduce la insatisfacción), maltrato de todo tipo (somos un país donde nos maltratamos mucho, desde el no saludarnos hasta el cómo vivimos, cómo nos tratamos en pareja, cómo trabajamos, etc.). Hay una extenuación y un deseo de que algo cambie. Creo que no había que ser muy pitoniso para entender eso.
Juan Chapple agrega: “En ese sentido, son sorprendentes las declaraciones de personeros políticos que no lo vieron venir, que no se habían dado cuenta, etc. Y hay, además de todo ello, asuntos terribles: no puede ser si no terrible que el 53% de las personas adultas del país (en realidad, arriba de 15 años), según datos OCDE, no entienda lo que lee, es decir, que son analfabetos funcionales. Cómo se construye un país del futuro con eso. Hay que revolucionar la educación, el acceso, y la forma en que hacemos las cosas.