La noche de este jueves personal del Ejército concretó el retiro de los restos del Soldado Desconocido, que desde 1931 se encontraban enterrados a los pies del monumento al general Manuel Baquedano, en Plaza Baquedano.
El proceso de traslado se realizó luego de la decisión adoptada este miércoles por el Consejo de Monumentos Nacionales (CMN) para evitar que los restos sufran daños en medio de las manifestaciones que se realizan tradicionalmente en ese lugar.
En marzo de este año ya había sido retirada la estatua ecuestre de Baquedano, para ser sometida a un proceso de restauración, que debería terminar en enero del próximo año.
El proceso de retiro de los restos del Soldado Desconocido se había iniciado durante la mañana del jueves, cuando un contingente de uniformados llegó hasta el lugar e instaló una enorme carpa que permitió los trabajos de apertura de tumba por parte de los efectivos especializados.
Pasadas las 23 horas, y tal como había sido anunciado por el mismo Ejército a través de un comunicado, terminó el retiro del cofre en el que se encuentran los restos.
Durante el traslado, el Ejército le rindió honores a los restos del Soldado Desconocido, que representa a todos los caídos anónimos que defendieron a Chile durante la Guerra del Pacífico.
Los restos fueron transportados por un jeep con custodia policial hacia la capilla del Regimiento de Infantería N° 1 Buin.
Permanecerán en dicho lugar solo por unas cuantas horas, pues tal como lo había zanjado el Consejo de Monumentos Nacionales. Durante este viernes serán nuevamente trasladados hasta el mausoleo de la institución en el Cementerio General, “donde se realizarán los honores fúnebres reglamentarios y se procederá a su inhumación”, según indicó el Ejército.
Los trabajos de exhumación del Soldado Desconocido se extendieron durante unas ocho horas.
Según detalló el CMN, la tumba estaba ubicada bajo una losa de 10 cm de grosor, que a su vez estaba cubierta por una placa de hormigón de 40 cm, que se instaló para elevar y realzar la placa conmemorativa.
Una vez removidos el hormigón y la losa, se llegó hasta el féretro hecho de fierro forjado. Este se encontraba en buen estado de conservación y, debido a su peso, tuvo que ser retirado con apoyo de una grúa.