Casi mil personas fueron abatidas a balazos por la policía estadounidense en 2017, cifra levemente mayor a la del año anterior, según recuento publicado por el Washington Post.

La cantidad exacta es de 987 personas que perdieron la vida a manos de la policía el año pasado, frente a 963 en 2016 y 995 en 2015, indicó el periódico, que lleva la cuenta de los tiroteos con presencia policial, siguiendo datos de la prensa local, publicaciones oficiales y redes sociales.

El empleo de la fuerza letal por parte de agentes de policía ha estado en la controversia durante los últimos años, tras la muerte de varios hombres afroamericanos desarmados durante 2014, que desató la ola de protestas iniciadas en Ferguson, unificadas bajo la consigna Black lives matter (las vidas negras importan).

Según constata el Post, 19 hombres negros armados fueron abatidos por las fuerzas del orden en 2017, frente a 17 en 2016, y 36 el año anterior.

El boletín revela que el número de hombres negros muertos por disparos de policías representa un nivel desproporcionado, ya que supone el 22% del total, mientras los hombres negros apenas representan el 6% de la población total del país.

La policía abatió a 68 personas desarmadas en 2017, contra 51 en 2016, y 94 en 2015.

“El foco nacional en este problema ha hecho que los policías sean más cautelosos en situaciones sin armas“, explicó al diario Chuck Wexler, director ejecutivo de la organización policial Police Executive Research Forum.

Según la base de datos del Washington Post, la mayoría de las personas abatidas -735- cargaban consigo armas blancas o de fuego, mientras en 2016 fueron 693.

Según la policía federal (FBI), 46 agentes murieron en 2017 en el ejercicio de sus funciones, disminución frente a los 66 en 2016.