Chile es un país rico en historia mitológica y esotérica. Aunque se intenta recuperar esas viejas tradiciones, solo se alcanza a la chilota. Bien lo sabe Ortega, que incursiona de forma accidental (literalmente) en la línea de la auto ficción.
“Dioses Chilenos” tenía una publicación programadas para mediados de 2019, pero el destino quiso otra cosa. Un accidente en el sur de Chile lo dejó inmovilizado y con una pierna rota. La salud es una cosa y los compromisos otra, pero como buen autor, ‘el llamado’ al papel fue más fuerte y llegó a un acuerdo con la editorial para adelantar el lanzamiento.
Mala fortuna o no, lo cierto es que el libro lidera el ranking de “no ficción” y hoy Ortega está en una mini gira encontrándose con sus seguidores. Satisfacción y alegría que se traducen en filas de lectores que esperan la firma de su ejemplar. Es en medio de esto en que el autor de las novelas best sellers “Logia” y “Andinia, la Catedral Antártica”, toma un momento para hablar con La Nación.
“Dioses” tiene una característica especial, hay una ligazón personal, con el autor como protagonista de historias que son traídas a la actualidad. -Este libro nace hace mucho tiempo por encargo de la editorial Norma, sobre mitología del sur de Chile para niños. Norma desaparece y lo toma Planeta, hasta que el año pasado estaba de viaje por Europa y compré un libro de Neil Gaiman que se llama “Mitos Nórdicos” y me gusta lo que hace que es sacar la mitología de una cosa más juvenil infantil y la lleva a todo el público.
Ahí pienso que lo mejor es parar el libro para niños de la mitología chilena y tratar de mostrar algunos mitos fundamentales del centro y sur de Chile de forma nueva a un público más amplio.
Acá se pasa el límite de la “no ficción”, hay un tono distinto, poniendo al autor como una especie de “entrevistador de la historia”.
-Se me ocurrió hacer un libro a través de un término que se usa mucho en la no ficción que es la “autoficción”, en que tú eres un poco protagonista de las historias que estás contando y de esa manera la haces más cercana y sobre todo cuando cuentas historias de mitología en que generas el efecto de que hay alguien que te la está contando.
Fue una apuesta alta y parece ganadora, ahora el libro lidera el ranking de ventas.
Ha pasado algo súper lindo con este libro accidentado que nació de un accidente. Originalmente lo iba a publicar en 2019, porque para este año tenía una novela que tenía que entregar, pero me accidenté en septiembre y no pude publicar, porque me faltaba parte de una investigación en terreno. Así fue que, con un contrato firmado, con la editorial hicimos un enroque con este libro que tenía bastante avanzado y las entrevistas estaban hechas de hace mucho tiempo y lo que me faltaba de investigación la podía hacer por teléfono… ¡Tenía una pierna rota, no me podía mover!
¿Afortunado accidente? Considerando el éxito que tiene… Estos libros accidentados, que en rigor existía una versión para niños -la forma final la escribí en dos meses-, resultan ser una gran sorpresa. Se ha dado una gran cosa, hay gente que me ha dicho que no leía mis novelas, ni mis thriller, pero que este libro les ha gustado especialmente y lo recomiendan, que es un libro que le puedo reglar a su abuelo, leer a los hijos y otros que me dicen que se lo regalaron al papá y que él comenzó a contar otras historias también.
Es súper lindo lo que pasó con este libro, porque incluso la hija de Oreste Plath recibió el libro, se comunicó conmigo y me dijo que la familia se sintió homenajeada por este tributo a su obra.
Han pasado cosas muy bonitas con este libro…
No es para menos. Ortega es un recolector de historias y es así cómo se ha convertido en una enciclopedia de la cultura popular. Pero eso no es reciente, todo comenzó en la niñez con un televisor cerca y varios libros que explorar.
Y es ahí donde descubrió a Oreste Plath, investigador que recorrió y registró Latinoamérica, llevando su historia folclórica en papel y alcance de todos. Francisco Ortega le hace tributo dedicando “Dioses Chilenos” a Plath… dos veces.
La historia es nuestra
Ortega no es forastero en las historias ocultas chilenas, las mismas que pasan del boca a boca y que con el tiempo se desdibujan. Hay un aspecto de nuestra historia que es aún más fácil de perder u olvidar y es la relativa con el pueblo mapuche. No es casualidad, no existen escritos con sus propias mitologías“Uno siente que de la mitología chilena la más conocido es la chilota, pero lo que más hay es mitología mapuche y creo que hay mucho por rescatar de ella. Es más compleja porque no hay registro escrito, hay muchas versiones. Entonces, lo que hice fue con el Apocalipsis y Génesis fue mezclar al menos siete versiones para tratar de armar una suerte de canon que me sirviera para empezar y terminar el libro”, dice Ortega a La Nación.
¿Has recibido algún comentario desde la comunidad sobre cómo abordas su mitología?
Ha sido buena, pero no tanto de mapuche, sino que de huincas. Hay uno que me dijo que le dan ganas de convertirlo en libro-álbum de ilustraciones para dárselo a los niños.
Y nuestra historia sigue avanzando, un país lleno de monstruos y criaturas, la mayoría llevando a la desgracia. Y si usted piensa en uno, lo más probable es que a la mente vengan imágenes de la mitología chilota, desde el Trauco hasta el Caleuche.
¿Pero cuál es el mito que define nuestros tiempos? Ortega demora solo segundos para responder la interrogante.
“De todos estos mitos contemporáneos, el más real es el “chupacabras”, es la traslación de un mito panamericano que hoy es parte del folclor chileno y que cae en la categoría de criatura”.
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