Como es tradición, este 14 de febrero se celebra el “Día de los Enamorados”, festividad que honra el amor y la amistad a lo largo de todo el planeta. Los bombones, las cartas de amor y los arreglos florales forman parte esencial en el inventario de los enamorados durante la jornada, pero ¿a qué se debe su celebración?
Son distintas las teorías que apuntan aa su origen, sin embargo, antes de entrar en detalles sobre sus inicios, resulta importante conocer los antecedentes de un antiguo conocido: San Valentín. Para ello, debemos trasladarnos a la antigua Roma, a la época de Claudio II el Gótico, quien fue el gestor de una polémica ley que prohibía a los jóvenes contraer matrimonio, para así no ver interferido su proceso de alistamiento al ejército.
De acuerdo con un artículo de National Geographic, un joven sacerdote llamado Valentín se propuso una contienda que desafiaba el decreto, por lo que comenzó a celebrar matrimonios en la ilegalidad y, además, logró convertir a muchos enamorados al cristianismo.
El joven sacerdote fue arrestado y encarcelado en una mazmorra donde aceptó el desafío del oficial a cargo de su custodia: devolverle la vista a su hija Julia, que nació ciega. Con el poder de Dios, Valentín cumplió el milagro, lo que llevó a la conversión del oficial y su familia al cristianismo. A pesar de este acto de fe, Valentín permaneció preso y finalmente fue lapidado y decapitado el 14 de febrero del año 269.
Sin embargo, distintas son las fuentes que ponen en duda su existencia. De hecho, el investigador de la Universidad Federal de Sao Paulo, Thiago Maerki, comentó a la BBC que “el San Valentín que celebra la Iglesia, el San Valentín de Roma, tiene más que ver con la historia de un médico que se hizo sacerdote y, en contra de la ley del emperador, siguió celebrando bodas entre soldados”, según recogió T13.
Asimismo, existen otras historias sobre la festividad que reúne a los enamorados de todo el mundo. Una de ellas extiende sus raíces a la celebración de la lupercalia, festividad pagana que rendía honor a Fauno, el dios de la fertilidad. En ella, los acólitos se reunían en una cueva sagrada y sacrificaban una cabra. Luego, la piel del animal se les entregaba a los niños, quienes tenían la misión de golpear a las mujeres para incentivar su fertilidad.
Otra de las teorías se atribuye al poeta Geoffrey Chaucer, quien en su obra “El Parlamento de las aves” recita una serie de versos: “Porque es el día de San Valentín, cuando cada pájaro viene a escoger a su pareja”. De esta manera, el escrito de Geoffrey en el siglo XVI popularizó la idea de que el 14 de febrero tenía una concepción romántica.
Pese a todas las teorías, manifestaciones y formas de celebración en los distintos países, el objetivo principal es compartido: celebrar el amor y la amistad. Y aunque varíen los estilos, las tradiciones y hasta la propia cultura, cada quien puede entregarle el significado que estime conveniente.
Además, cobra sentido que este año se festeje después de un martes 13, número asociado a la mala suerte. De hecho, algunos supersticiosos optan por seguir de manera religiosa el famoso dicho: no te cases ni te embarques, aunque eso queda a criterio de cada uno.